-Sería una barbaridad que el Congreso sancione a jueces y fiscales, pero también hay que reconocer que se ha llegado a esos extremos por la impunidad con la que estos mismos jueces y fiscales mal actúan, pues sus órganos de control interno son una burla ante tanta prepotencia, abuso y desatino. Solo por citar dos casos, al juez San Martín jamás le ha pasado nada a pesar de las numerosas irregularidades que ha cometido. Y que el órgano de control fiscal no haya sancionado a Vela y Pérez por lo que le hicieron a Sardón es clamoroso. Gimen cuando les amenazan, pero se están ganando a pulso tanto desprestigio, repudio e inquina. Y no quieren admitir eso.
-¿En qué país estamos que los jueces son los primeros en desobedecer las leyes que sanciona el Legislativo? La jueza Soledad Barrueto se pasó de demagoga y poco profesional en el caso Murazzo. Si a ella y a otros jueces no les gustan las leyes que les toca aplicar, pues que renuncien. Con esas rebeldías politizadas están terminando de erosionar la poca institucionalidad que le queda al país.
-El clero, capturado por Cabrejos y otros curas rojos, ha intentado con otra proclama meliflua reparar la ruptura que un anterior y traicionero comunicado suyo generó con las FF.AA., acobardados seguramente por la acertada y durísima réplica de los oficiales retirados a esa puñalada. Pero es obvio que ya nada será igual entre el clero y las FF.AA.: ese primer comunicado de la Conferencia Episcopal fue demasiado felón con los uniformados como para pretender perdón alguno.
-Mohme proclama desde La República que vivimos bajo una “dictadura”, pero al mismo tiempo acepta y, sin la menor vergüenza, que esa misma “dictadura” le coloque publicidad estatal. “Rojo hipócrita” es el término más suave para definirle.
-Cuando me preguntaban cuál era el columnista más leído y/o influyente del Perú, sin dudarlo respondía que el recientemente fallecido Víctor Malca Patiño, que escribía en el Trome bajo el seudónimo “El Búho”. Que descanse en paz.