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Algunas buenas noticias que llegan desde el cielo
“La recuperación del ozono en nuestra estratósfera es importante para la salud del planeta en general y de las personas en particular”.
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La formación del agujero de ozono primaveral (ya se ha escrito varias veces en esta columna que el agujero de ozono que se forma sobre el Polo Sur y alrededores tiene una naturaleza estacional y no es permanente) es un problema en remisión, que según los cálculos científicos debe terminar hacia el año 2065.
La recuperación del ozono en nuestra estratósfera es importante para la salud del planeta en general y de las personas en particular: El ozono en la parte de nuestra atmósfera que constituye la estratósfera, es el principal filtro de la radiación UV que nos llega del Sol. Sin ese filtro, la radiación UV no es absorbida y alcanza la superficie de la Tierra, lo que de hecho incrementa los casos de cáncer en la piel, cataratas y afecta el sistema inmunológico de las personas.
La NOAA ha informado que un equipo de científicos actuales de su planilla, sumado a otros que pasaron antes por tan prestigiosa institución; ha confirmado que en nuestra estratósfera, donde se encuentra ubicada la capa de ozono que nos protege de la radiación UV, ya se muestra una decreciente concentración de sustancias químicas que fueron utilizadas en su momento por las industrias fabricantes de equipos de refrigeración, agentes espumantes y solventes en general; todas esas sustancias son conocidas como hidroclorofluorocarbonos o HCFC.
Este decrecimiento es evidente según la investigación antes aludida y que la prestigiosa Nature Climate Change recientemente ha publicado tras revisión de pares.
La investigación – y esto es lo importante – revela que el Protocolo de Montreal y sus sucesivas enmiendas han logrado frenar las emisiones de sustancias que degradan la capa de ozono y que además son poderosos gases de efecto invernadero.
Interesantemente, mediante el uso de mediciones de alta precisión obtenidas mediante la Red Global de Referencia de Gases de Efecto Invernadero de la NOAA; así como del Experimento Avanzado de Gases Atmosféricos Globales que registran datos bien distribuidos por todo el planeta; hoy los científicos pudieron determinar que la devastación de la capa de ozono y la parte que le toca en el efecto invernadero global a los HCFC ha alcanzado su punto máximo en 2021. Cinco años antes de lo originalmente previsto. Una buena noticia y un aliciente para la cooperación internacional.
Antes de cerrar esta columna es necesario recordar que el Perú y la mayoría de paises son suscriptores del Protocolo de Montreal de 1987 y la Convención de Viena de 1985 donde nacen las medidas globales para contener el desastre al que nos conducía destruir la capa de ozono que cubre nuestro común hogar, la Tierra.
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