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Ariel Segal: Entre el "European Dream" y Turquía
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El sueño europeo de más de un millón de refugiados musulmanes que escaparon de conflictos de Asia Central, el Medio Oriente y África se tornó en pesadilla a medida de que la opinión pública cambió radicalmente. De su inicial reacción de buena voluntad para recibirlos, a la de limitar el número de asilados luego de los atentados de París, en 2015, y de los más recientes en Bruselas.
Ante la negativa de la Unión Europea (UE) de recibir a más refugiados, países como Croacia, Macedonia y Grecia quedaron rebasados de estos y la UE negoció otro acuerdo con Turquía para que los reciba, a cambio de un generoso paquete de euros (3,000 millones y otros 3,000 para finales de 2018) y de que se reinicie una negociación para la adhesión turca al bloque europeo.
Quienes apoyan este acuerdo afirman que la mayoría de los refugiados estará en una nación que comparte su religión, el Islam, y que el gobierno de Ankara debe velar por su suerte, ya que Turquía colaboró en el empoderamiento del Estado Islámico en Siria a Iraq, cuando lo apoyaron para derrocar a Al-Assad. Y otro argumento de sus dirigentes es que hay que acabar con el negocio de las mafias que por mucho dinero y en embarcaciones frágiles exponen la vida de quienes escapan de Turquía.
Los críticos al acuerdo acusan a la UE de ejecutar una maniobra jurídica con respecto al derecho de asilo, incumpliéndolo, al expulsar a los refugiados y enviarlos a un lugar que no cumple con la categoría de "país seguro", ya que muchos de los 3 millones de árabes que están en campos de refugiados de Turquía dicen que son maltratados.
El complejo dilema entre seguridad vs. tolerancia se complica por la manera agresiva como les expulsan, lo cual presagia que, por rencor, más musulmanes moderados caerían en los tentáculos de demagogos fanáticos.
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