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[Opinión] Camilo Torres: Literatura dibujada
Corto Maltés (Corto Maltese en su versión original en italiano) es una serie de cómics de aventuras, que llevan el nombre del personaje de Corto Maltés, un marinero aventurero.
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Mencionar el noveno arte, el cómic, suele motivar respuestas que aluden a superhéroes voladores y aun a aburridísimos dibujos animados. Reducir este mundo narrativo a esos referentes es como creer que el único cine que existe es el porno. Aunque toda definición es discutible, podemos decir provisionalmente que una historieta o cómic es un relato dibujado que tiene al menos dos viñetas, y puede tener diálogo. Una caricatura o una animación no son cómics. Se han encontrado precursores de este género hasta en el arte rupestre, pero lo cierto es que su despegue está unido a la producción industrial de la prensa norteamericana a fines del siglo XIX, donde aparecen Yellow Kid, de Richard F. Outcault, y poco después Little Nemo, de Winsor McCay.
Podemos identificar cuatro grandes focos de creación de historietas. Europa, con Francia e Italia a la cabeza; Argentina, con Héctor G. Oesterheld y Alberto Breccia (uruguayo), entre muchos otros; Japón, con mangas tan valiosos como Akira; y Estados Unidos, que no solo ha conocido superhéroes, sino también obras muy distintas, desde Peanuts (título impuesto y que Schulz siempre detestó) hasta Por qué odio a Saturno, de Kyle Baker. Los formatos son asimismo diversos. Mientras que el cine suele tener una misma extensión, el cómic puede presentarse como tira cómica, novela gráfica (en uno o varios tomos), álbum (que reúne historias autónomas), comic-book (que en el Perú se conocía como “chiste”), episodios publicados en revistas (como Heavy Metal, Skorpio o Dartagnan). Una superstición reciente predica que cualquier relato presentado como novela gráfica es, por virtud de su formato, una obra valiosa, lo cual es obviamente falso.
También se conoce a la historieta como “literatura dibujada” y como tal su variedad temática no tiene límites: el western (Ken Parker), el drama (De vuelta a casa), el humor (Inodoro Pereyra), la serie negra (obras de El Cubri y de Frank Miller), el erotismo (Milo Manara) y la fantasía onírica (Moebius) pueden coexistir con la mera exploración formal. En su prólogo al álbum Las etiópicas (1979), de Hugo Pratt, Umberto Eco declaró que con la aparición de Corto Maltés el cómic, por fin, había alcanzado el nivel artístico de la literatura, juicio que humildemente suscribimos. Es comprensible que en los límites de esta columna solo esbocemos la variedad y riqueza de este arte narrativo.
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