PUBLICIDAD
Castañeda está jugando al boomerang
“Al asumir el mandato Castañeda presentó su plan solo para este año. Está claro que sus ofrecimientos no apuntan a grandes reformas”.
Imagen
Fecha Actualización
Sociólogo y comunicador
Ya se sabe que Luis Castañeda ganó de forma contundente las elecciones. Y la encuesta publicada ayer en Peru21 muestra que su aprobación es auspiciosa (60%). Además las expectativas de los limeños sobre sus gestión son positivas (78%). Todo a favor.
Al asumir el mandato Castañeda presentó su plan solo para este año. Está claro que sus ofrecimientos no apuntan a grandes ni complejas reformas en una ciudad que necesita revolucionarse. El alcalde apenas se ha comprometido a construir más intercambios viales y hacer más anchas las avenidas metropolitanas. Todavía no nos ha dicho qué va a hacer con las reformas en curso. A diferencia de su anterior gestión, donde avanzó lento y seguro, Castañeda ahora pretende entregar muchas obras en el corto plazo. Esto empata con ese 44% de ciudadanos que espera que muestre resultados entre el 7mo y 12do mes de gestión.
Será por este respaldo y por esa agenda acotada que el alcalde y su equipo han asumido el inicio del mandato con la pata en alto. Así, en vez de ofrecer una visión, han denunciado ineficiencias, descuidos y hasta malas intenciones de la gestión izquierdista. Acaso creen que pueden capitalizar el descrédito de Villarán y así ganar tiempo y crédito popular.
Pero esta autosuficiencia también nos dice que Castañeda no ha considerado que el escenario en el que va a gobernar es muy distinto al que disfrutó hace más de una década. Después del intento de revocatoria (y los resentimientos generados) y las investigaciones que recaen contra él y sus antiguos colaboradores, se prevé una oposición mediática muy dura. La reciente adulteración del Decreto Legislativo 955 da cuenta del estilo arbitrario de Solidaridad Nacional, así como de la poca disposición a cuidar todos sus flancos. La arrogancia, vulnera. La autosuficiencia, aísla.
Castañeda no la va a tener fácil esta vez aunque luzca esa mayoría en el Concejo metropolitano. Haría muy mal si no revisa ese estilo poco comunicativo que lo caracteriza. Ya en la campaña se vio obligado a declarar, corrigiendo su estrategia de campaña. Y ya está probado que en los debates y en las entrevistas agudas, Castañeda es pésimo para el contrapunto inteligente. Lo que tiene de gestor no lo tiene de político y esta vez se le va a exigir como político.
En este contexto, la popularidad que hoy luce no es un activo sino una amenaza. Si falla o de demora en mostrar resultados, corre el riesgo de ser comparado con la gestión saliente, esa que él está intentando sepultar sin asco.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD