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Retos del nuevo año
Crucemos los dedos para que este año los muertos en las pistas sean cada vez menos y así evitarles el dolor a muchas familias.
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El año que se va se lleva, en buena hora, a esas autoridades desfasadas y mediocres que arruinaron la vida de muchas personas con sus malas acciones. Además, cerramos el año con varios alcaldes en la cárcel o prófugos de la justicia por encabezar bandas criminales. Es probable que otros tantos acaben presos en los próximos meses, y a cuántos más se les iniciará investigaciones... Ojalá que las nuevas gestiones no solo traigan respiro a sus vecinos y enfoques de ciudades sostenibles, sino que también sean honestas. Espero que esa sea su resolución de Año Nuevo. Comamos uvas pidiendo eso para hacer causa común.
Empezamos 2019 con la Ley que crea la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) recientemente publicada en El Peruano. Esto significa que el plazo de 60 días hábiles para aprobar la política nacional de transporte terrestre urbano masivo de personas ha empezado a correr. Una de las grandes interrogantes en relación con esta política es la decisión de incluir la palabra ‘masivo’ en el título de la misma. ¿Qué pasa con los tipos de transporte urbano que no son masivos? Lo mismo ocurre con la ausencia de atención a la movilidad no motorizada, ¿en manos de quién queda? Así también, se cuestiona la ausencia de un representante de la sociedad civil en el Directorio de la ATU, sobre todo porque es la sociedad civil la que acaba muerta en los incidentes de tránsito. La ATU es, por supuesto, una buena noticia para el Año Nuevo, pero no deja de ser un tremendo reto y tiene la gran responsabilidad de que sí o sí debe resultar bien.
El verano 2019 trae sus propias complicaciones. Por un lado, la basura seguro volverá a inundar Villa María del Triunfo y regresarán las plagas de moscas que revolotearán por todas las casas y se posarán sobre todas las cosas cargando enfermedades. Además, el tráfico para quienes van al sur será infernal pues el calor no solo los quemará mientras estén encerrados en sus vehículos, sino que podrán ver, cada vez que pasen por ahí, una obra mal planificada. Así también, crucemos los dedos para que este año los muertos en las pistas sean cada vez menos y así evitarles el dolor a muchas familias.
Nuestras ciudades merecen lo mejor. Empecemos dándoles mejores ciudadanos. Ciudadanos honestos, comprometidos, involucrados, amables, respetuosos, generosos y solidarios. Ciudadanos que sientan que pertenecen, que se sientan orgullosos de su identidad, que reconozcan los atributos que su ciudad les ofrece y que la defiendan. La defiendan de verdad. Seamos nosotros mejores ciudadanos. Que el nuevo año sea propicio para todos y, en especial, para los espacios que habitamos.
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