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Viaducto de mentira
Una propuesta que no se sabe si realmente funcionará o siquiera si es una obra necesaria.
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La Municipalidad de Lima, para variar, se ve involucrada en otro escándalo que perjudica a sus vecinos y vecinas. Por supuesto, no nos sorprende, pues es el modus operandi usual cuando quieren llevar a cabo una obra absurda. Así, el Viaducto Arriola, la obra más anunciada y emblemática de esta gestión metropolitana no es más que una mera “idea”. Sí, así como lo lee, la publicidad con fotos y videos que ha visto es una fantasía, una idea en la cabeza de un alcalde y sus funcionarios.
Una propuesta que no se sabe si realmente funcionará o siquiera si es una obra necesaria. El especialista en transporte Matteo Stiglich hizo una solicitud a la MML —por la vía de transparencia— de los expedientes técnicos, estudios y evaluación de alternativas relacionados al Viaducto Arriola. Por supuesto, no se los entregaron porque no existen. La respuesta es risible: “el proyecto se encuentra a nivel de idea”.
Pero ¿qué significa que sea una idea? Pues que no tiene aún estudios que validen si es una obra necesaria, tampoco tienen la claridad sobre cuál solución es la más apropiada para atender la (supuesta) problemática de la zona —para determinar esto es necesario realizar una evaluación de alternativas—. Hay además una absoluta carencia de un enfoque integral que reconozca que el transporte y el tránsito hacen parte de un sistema fluido y que las intervenciones que se realicen deben considerar cómo afectan la totalidad.
Lo que resulta aún más de locos es que la publicidad de este viaducto incluye diseños de cómo sería la obra, es decir, ya determina el detalle de la solución, pero para llegar a ese nivel es absolutamente necesario tener los resultados de todos los estudios que NO han hecho. ¡Un roche!
Quiero dejar en claro que en nuestra ciudad es absolutamente necesario implementar soluciones que mejoren no solo el transporte público, sino que ofrezcan fluidez al tránsito. Por ello, además de políticas para mejorar el transporte público, se requiere intervenir las vías para reducir la congestión, la siniestralidad y el estrés.
¿Esto puede significar la construcción de algún viaducto o bypass? Sí, por supuesto, pero para llegar a esa opción, es necesario agotar soluciones menos drásticas y costosas como rediseños de las vías existentes, mejora de la semaforización y gestión de flujos. Esto además debe hacerse bien pues, lastimosamente, en nuestro país son pocos los especialistas que saben diseñar vías correctamente.
Entonces, así como los prometidos puentes metálicos, el Viaducto Arriola es otra obra de mentira, soluciones que no existen y que, para colmo, ni siquiera resuelven los problemas que tenemos… quizá el único interés que los motiva sea el de engrosar algunas billeteras.
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