El café de la paz

El narcotráfico viene acompañado de destrucción, muerte y desolación. En el Perú, el narcotráfico ha depredado y sembrado terror especialmente en el Vraem. Sin embargo, esa misma tierra que produce la coca es la tierra fértil que puede acoger las semillas de la paz.

Por eso en estos valles ahora también se siembra café y cacao como cultivos alternativos a la coca.

Aunque el chocolate es un pecado divino, hoy vamos a hablar del café, la bebida maravillosa que te energiza naturalmente, te reanima para continuar con la jornada, te abriga en el invierno y te saca del sopor en el húmedo calor de Lima.

El Perú está viviendo un momento importante en la producción de café, el Ministerio de Agricultura señala que en los últimos 15 años ha tenido un gran incremento, pasando de 81,000 toneladas en 1990 a 246,000 toneladas en 2017. Sin embargo, los peruanos aún no somos grandes consumidores. Incluso, en algunas zonas donde se produce, la gente toma café en polvo; el tema es también cultural. Devida conduce programas que han logrado cosechar, además del fruto, premios internacionales por su calidad. Tenemos cafés de excelente calidad de distintas regiones, nuestro café representa nuestra diversidad biológica y la posibilidad que propietarios de pequeñas parcelas tengan una fuente digna de trabajo.

Felizmente los tiempos han cambiado y las nuevas generaciones están tomando café, han surgido una serie de cafeterías en las que se rinde culto al café y sus distintos métodos de extracción. El barismo es el arte de preparar bebidas a base de café, existen escuelas donde se estudia esta disciplina y es muy interesante que sean jóvenes quienes están incursionando en esta actividad.

En este frío invierno, date un tiempo para detenerte en alguna cafetería y cuando pidas un café, pide que sea del Vraem, anímate con la energía que te da y, lo más importante, siente en el alma cómo esa taza de café también es paz para nuestra patria.