A menudo se piensa que invertir consiste solo en obtener altas rentabilidades o superar un parámetro de referencia. Si bien estos factores son importantes, esta definición olvida cuál es la razón de fondo de la inversión. Las personas invierten para alcanzar objetivos claves de la vida, como financiar una compra importante, financiar la educación de sus hijos o acumular un fondo de ahorros para la jubilación. Con ese fin, la inversión es el medio a través del cual se pueden lograr estos objetivos de la vida.
Por tanto, es importante alinear las decisiones de inversión con estos objetivos de vida. Esto implica definir un portafolio estratégico que tome en cuenta los objetivos financieros (cuánto quiero ganar), la tolerancia al riesgo (qué volatilidad estoy dispuesto a asumir) y el horizonte temporal (cuánto tiempo estoy dispuesto a esperar). La composición del portafolio irá cambiando a medida que cambien las prioridades y los inversores pasen de la etapa de acumulación (construcción del portafolio) a la etapa de desacumulación (uso de los recursos).
Las prioridades de vida pueden cambiar por factores de salud (enfermedades), bienestar (entretenimiento, viajes) y longevidad (pensiones). Si bien la gente tiende a vivir más tiempo, los indicadores de calidad de vida no han seguido ese ritmo. Este desafío se puede afrontar con una adecuada solución de inversión.
Una vez definido el portafolio estratégico, la solución se puede ajustar para aprovechar las oportunidades del mercado o reducir el riesgo, en respuesta a las condiciones cambiantes del mercado. Esta estrategia se denomina ‘movimientos tácticos’ y puede ayudar a mejorar los resultados ajustados al riesgo.
Las inversiones son fundamentales, pero son solo una parte del rompecabezas. En este punto lo más aconsejable siempre es recurrir a la asesoría profesional, pues hará que nuestras inversiones sean más estratégicas, utilizando herramientas de solución de inversiones que permiten analizar el costo de oportunidad de las alternativas que nos brinda el mercado de capitales local e internacional en función de cada perfil de riesgo (conservador, moderado, proactivo, sofisticado), pues, cuando uno busca más rentabilidad, debe estar dispuesto a asumir un mayor riesgo, con portafolios diversificados por tipo de activos, región geográfica, sector económico, monedas, etcétera, a los cuales es posible acceder incluso a partir de montos mínimos, como lo ofrece el sistema de fondos mutuos, cuyos activos bajo administración muestran una visible preferencia del público durante los últimos meses.