La primera sentencia emitida por el caso Lava Jato en el país condena al expresidente Alejandro Toledo a 20 años de cárcel y con penas menores, pero de cárcel suspendida, a los funcionarios de su Gobierno, como los de Proinversión. Esto es un precedente importante dentro del paquete de procesos judiciales que se tienen en marcha contra los expresidentes que se involucraron en estos tinglados de corrupción.
Varias conclusiones al respecto de la sentencia condenatoria. En principio, es histórica, porque va a marcar un antes y un después en los diversos casos judiciales que vienen afrontando nuestros expresidentes y que incluyen, por supuesto, a Susana Villarán y a Keiko Fujimori.
Es trascendental, porque hay un mensaje potente a las nuevas generaciones sobre la importancia de la integridad y la honestidad como valores, en la responsabilidad al asumir cargos públicos, y las consecuencias de infringir la ley al involucrarse en casos de corrupción. La corrupción puede llevarte a la cárcel sin contemplaciones y no importa ni siquiera la edad o el estado de salud, pues en el caso de Toledo se condena a un octogenario y enfermo de cáncer.
Ahora, respecto de la labor de la Fiscalía del equipo Lava Jato, es un éxito para Vela y Pérez el haber logrado la condena a Toledo, ya que se ha validado la investigación fiscal en todos sus extremos y han logrado obtener la pena solicitada por los ilícitos penales cometidos por el expresidente; esto permitirá hacer frente a toda esta campaña de desprestigio que se está dando justamente desde los sectores que están siendo investigados o procesados.
Lo interesante de la sentencia es que por fin tenemos un precedente condenatorio contra un expresidente, que va a marcar una valla frente a los otros procesos judiciales que, por cierto, están muy avanzados y se espera sentencia en los casos de Ollanta Humala y Martín Vizcarra; de la misma manera, para los casos judiciales de Susana Villarán, Vladimir Cerrón y Keiko Fujimori. Por eso, la desesperación de estos personajes y se ve a sus esbirros en las redes sociales regurgitando toda su frustración. Ya saben cómo hubieran terminado Castañeda y Alan.
Todas las leguleyadas de los abogados de estos personajes investigados que han tratado de desacreditar las pruebas provenientes del Brasil se ponen hoy en cuestión porque justamente han sido la base probatoria para lograr la condena de Toledo. Por eso, tiemblan los mafiosos.