PUBLICIDAD
El elefante en la sala
Imagen
Fecha Actualización
El presidente Vizcarra sorprendió a tirios y troyanos cuando, hacia el final de su discurso, anunció que adelantaría las elecciones un año. Así, se irían todos los congresistas y también él mismo; sin embargo, su propuesta –aplaudida por un corillo de opinantes– tiene un problema central que es estrictamente jurídico y que me hace pensar que esta propuesta no va a llegar a buen puerto.
El presidente de la República no tiene capacidad de convocar un referéndum: esa potestad se guarda para el Legislativo y para los ciudadanos que junten un cierto número de votos de acuerdo con la Constitución. Entonces: el señor Vizcarra tendría que lograr que 86 congresistas lo apoyen en su medida para que esta tenga éxito. Sin embargo, dudo muchísimo que logre esa cantidad de votos.
Siendo ese el panorama, lo que le quedaría al presidente Vizcarra es hacer una nueva cuestión de confianza que lo facultaría a disolver constitucionalmente el Congreso. No es, entonces, tan sencillo como el mandatario dio a conocer el día de su discurso. Y hay, además, una serie de cosas que no se condicen con lo que tendría que ser el discurso de un estadista.
El presidente habló de todos los proyectos que está haciendo su gobierno, de diversificación productiva y de competitividad. No hubo, eso sí, una sola palabra sobre Tía María, Las Bambas, Conga, Quellaveco o el resto de conflictos sociales que tienen detenida a nuestra minería. Lo que sí dijo es que planteará una nueva Ley General de Minería: exactamente lo que la izquierda quería.
Muchos han tildado de corajudo el gesto de Vizcarra. No es mi caso: su misión era gobernar el país y reformar una serie de asuntos que quedaban pendientes. Ha fallado en su misión, pero ha tenido éxito en despedirse en aromas de multitud. La incertidumbre va a terminar de destrozar la economía y parece todo indicar que el señor Vizcarra no tiene idea de cómo resolver los problemas.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD