- Aunque los hipócritas de los caviares no quieran acordarse, el ahora condenado Toledo fue una creación electoral de ellos (antes candidateó solo, sin mucha suerte). El hijo de Cabana les fue un ariete contra Fujimori y una escalera para terminar de capturar al Estado, faena que comenzaron con Paniagua (el presidente más caviar que hemos tenido; un democristiano de izquierda clásico). Gorriti fue su coach callejero en las marchas (después se pelearon feo porque no lo nombró ministro de Defensa), Diego García Sayán fue su paladín de salón más conspicuo (y así logró pasar de ministro de Justicia bajo Paniagua a canciller con Toledo) y Mohme con La República lo adoptaron como su niño engreído hasta la campaña de 2011. ¡Tanto nos peroró la caviarada de moral y decencia para que sus buques insignias Toledo y Villarán acaben así!
- El fiscal Pérez me recordó a esos ‘lornitas’ escolares —de esos que hoy apodan ‘nerds’— que torpemente le chillan a la profesora: “Miss, miss, Jaimito me ha dicho que soy un xxxx”, mencionando la mentada de madre en voz alta para las risas del resto de alumnos. Mostrar ser adulto (y tener algo de clase) era ignorar el insulto del ‘sano y sagrado’ o, por lo menos, tener el tino mínimo después para no repetir en voz alta la lisura al fungir de acusete. Pérez estropeó así la solemnidad e importancia del fallo al soltar esa simplonada al final de la audiencia.
- Aparte de ser una injusticia sideral, esta condena absurda y torpe contra los tecnócratas Pasco-Font y Bravo (y hace poco Bringas) lo que va a provocar es alejar aún más a los cuadros técnicos más capaces de las filas del Estado. ¡La propia jueza reconoció que NO hubo sobornos con ellos! Solo se van a atrever a trabajar directamente en la administración pública los más ineptos/corruptos o se profundizará el fenómeno nocivo de tercerización de la gestión pública a través de consultores (que es el camino que más les gusta a los caviares presupuestívoros).
¡Eliane, regresa! ¡El Perú te espera!