Nuestro país ha peleado varias guerras: la guerra de la Independencia, la guerra del Pacífico, las dos guerras con Ecuador. También hemos peleado la guerra contra el terrorismo y, en su momento, la guerra contra la hiperinflación.
Y hoy estamos inmersos en la guerra más absurda, ridícula y nociva de toda nuestra historia; me refiero a la guerra de poderes. Sí, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial están en guerra.
Digo esto porque en las otras guerras que menciono al principio se defendían la soberanía, la paz interna y la economía de todos; pero en esta guerra, a diferencia de las anteriores, todo indica que cada parte está defendiendo su parcela de poder, su capacidad de controlar a los peruanos y, por supuesto, su negocio.
Estoy seguro de que ustedes se preguntan, y yo también me pregunto: ¿en qué planeta viven? ¿Qué contacto con la realidad tienen? ¿Se han olvidado todos ellos que somos nosotros, los peruanos, los que les pagamos el sueldo?
La realidad real es que, mientras todo el país pide a gritos que se les declare la guerra al crimen organizado, la delincuencia, el terrorismo y la corrupción, esta gente se dedica a defender su negocio y su poder. ¡Esto es vergonzoso!
Todos sabemos que la caviarada es parte principal de este espectáculo deplorable, principalmente en lo que se refiere a continuar con su control sobre el sistema judicial peruano.
Amigos, para cambiar al Poder Ejecutivo, tenemos la gran oportunidad de hacerlo en las elecciones de 2026. También tenemos esas elecciones para cambiar a todos los congresistas del Poder Legislativo. En ambos casos podríamos decir que el cambio que todos queremos está en nuestra decisión a la hora de votar.
Pero, en el caso del Poder Judicial, la única alternativa de cambio para terminar con la verdadera mafia judicial es una reforma total. Afuera los vocales caviares eternos, afuera todos los jueces y fiscales corruptos y, sobre todo, afuera las ONG que controlan a fiscales y jueces, como el IDL.
Cuento corto: si decidimos bien y si exigimos la reforma total del Poder Judicial, habremos dado inicio al cambio de ciclo.