Por Ronald Díaz, vicepresidente de Operaciones de Gold Fields Las Américas y gerente general de Cerro Corona.
Hay una verdad irrefutable: el Perú se mantiene en el top 5 de países con la mayor producción de minerales del mundo. Lo que está detrás de esta afirmación es trabajo formal, colaboración interinstitucional, inversión privada, legalidad y transparencia. Todo ello favorece la continuidad de la estabilidad económica en un escenario de recesión.
En los últimos años, la minería ha contribuido con cerca del 13% al PBI nacional, y representó el 61.6% del valor de las exportaciones con US$39,639 millones en 2023. Además, generó cerca de 226,000 empleos directos en ese año. Según el Ministerio de Energía y Minas, existen 379 proyectos mineros en exploración y 729 en desarrollo, que representan una inversión superior a los US$53,000 millones. Solo en Cajamarca hay siete proyectos pendientes de destrabar con una inversión superior a los US$18,000 millones.
De activarse este folio de proyectos, sería posible sanar el cáncer de la desigualdad en el Perú y gestionar, a priori, el acceso a servicios básicos. En resumen, reducir la pobreza en los próximos seis años.
Desde nuestra experiencia, podríamos señalar cinco retos por delante:
1. Impulsar la gestión pública: con autoridades responsables y competentes para la ejecución y distribución eficiente de los grandes aportes que hace el sector minero al Estado a través del canon y regalías.
2. Reflejar el impacto de la minería en las comunidades: es importante que se sigan comunicando y evidenciando los grandes logros que se alcanzan gracias al trabajo articulado de la empresa, comunidad y Estado, el cual facilita oportunidades.
3. Desarrollo de carrera y empleo de calidad: las mineras tienen el desafío de presentar una visión y propósito que resuene con las aspiraciones y valores de las nuevas generaciones de profesionales: trabajar con un enfoque de sostenibilidad.
4. Desafíos en innovación y tecnología: los nuevos métodos de minería están reduciendo la cantidad de sus residuos y emisiones; ello está impulsando la transición hacia una minería más responsable.
5. Propósito ASG: la creciente preocupación por el cambio climático y los planes de sostenibilidad ha elevado el interés en los factores ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en la industria minera.
Confiamos en que la minería en el Perú seguirá demostrando el nivel de exigencia y competitividad local y global, conviviendo de forma beneficiosa con todas las demás industrias o actividades productivas, y fortaleciendo las relaciones con cada actor involucrado en este negocio, en especial, con las autoridades y comunidades, con quienes se trabaja día a día para mejorar las condiciones de vida en las zonas mineras.
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