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Terror
“Ese tipo no es un loco inimputable. Es un delincuente que cree que es legítimo sentir eso que sintió mientras vertía gasolina sobre una mujer. Cada día que pasa sin enfoque de género en los colegios es otra desgracia en potencia de la que el Estado será cómplice”.
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El ataque a Eyvi Liset Ágreda es brutal. ¿Cuál es la probabilidad de que eso le pase a un hombre? ¿Cuál es la probabilidad de que una mujer se suba al transporte público a quemarlo con gasolina? Ínfima, casi cero. Es clarísimo: le pasó porque es mujer. Machismo puro. Si se sentía con derecho sobre ella o abandonado y con derecho a revancha, da igual: en cualquier extremo es machismo.
Ese tipo no es un loco inimputable. Es un delincuente que cree que es legítimo sentir eso que sintió mientras vertía gasolina sobre una mujer. Cada día que pasa sin enfoque de género en los colegios es otra desgracia en potencia de la que el Estado será cómplice.
Este caso es especial, no tanto porque haya ocurrido en Lima, que también, sino porque ocurrió en el transporte público, a hora punta, con decenas de testigos en el distrito más seguro del país. Ha pasado antes, sí, pero lo diferente aquí, lo inédito y lo verdaderamente aterrador es que si eres mujer y un infeliz te tiene hambre, no hay lugar seguro, no hay escapatoria.
Con toda la luz, con toda la gente, a cualquier hora. En un bus lleno de gente te pueden incendiar porque eres mujer.
¿Vieron que nunca fue la hora, ni el barrio, ni la poca luz, ni la soledad, ni la compañía a la que la víctima se expone? ¿Vieron que nunca fue que se quedó sola en el taxi, el cuarto, el telo, el bar, el baño, el cine o el restaurante? ¿Vieron que el efecto “escaparate” es marginal porque como sea te pueden matar, violar o quemar si eres mujer en el Perú?
¿Entienden lo que eso representa, el peso que carga la mitad de la población? ¿Entienden que eso no se cura yendo a la iglesia ni con educación en la casa?
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