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Francisco de Goya: historia y pintura
'Francisco de Goya: historia y pintura' por Sonia Chirinos.
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Todo proceso histórico está lleno de paradojas.
El de la independencia del Perú, más que por sus paradojas, me interesa por la necesidad de entender la situación que vivía España en los albores de los movimientos independentistas.
Este interés es deudor de la admiración que siento por la pintura de Goya. No se entiende uno sin la aportación del otro. El genial pintor dejó para la posteridad los retratos de una monarquía en serio proceso de degradación, en el que la figura de Napoleón, en plena euforia conquistadora, tuvo mucho que ver.
Como señala mi padre en su Historia de la República, y por esas paradojas, que acabo de mencionar, “agente principal y eficaz de la independencia de la América española resultó ser Napoleón”.
La corona olvidó América. Fernando VII, rey borbón, que se entregó vergonzosamente a los brazos de Napoleón y permitió la imposición de un rey francés en las orgullosas tierras españolas, y por ende americanas, quedó retratado en su fatuidad, egoísmo e inanidad por Goya.
Rey absolutista, digno hijo de su padre, Carlos IV, cuya abulia es tradicionalmente destacada, al lado de la perversa reina, María Luisa de Parma, amante del general Godoy, el que verdaderamente mandaba en la corte. Fernando VII exigió la abdicación de su padre. Todo este juego de egoísmo, engaño y, sobre todo, de ausencia de inteligencia, suplida por exceso de vanidad, fue genialmente pintado por Goya.
Tiempo habrá para ir destacando uno u otro de los personajes históricos, y su contribución al proceso independentista americano. Pero ahora, que seguimos en momentos de confinamientos, o (para decirlo en sentido optimista) de introspección personal, invito a estudiar la pintura de Goya y sus increíbles guiños a la posterioridad.
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