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[Opinión] Richard Arce: “A río revuelto, ganancia de pescadores”
“El deber de todos es buscar la paz social y contribuir a ella; parte de esto es narrar los hechos reales”.
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La estrategia de sectores que han estado llamando a la protesta violenta en diferentes regiones del sur del país es evidente: pretenden alterar el orden, incentivan a la violencia, están buscando venganza, acusando directamente de asesinato a la Policía y a las Fuerzas Armadas por las lamentables perdidas de 27 personas durante la escalada de manifestaciones violentas.
Pretenden construir una narrativa antojadiza de los hechos acontecidos, incriminando a las fuerzas del orden como únicas responsables de estas muertes –que es evidente que hay inocentes entre ellos–, sin describir el contexto en el que se dio esta confrontación. No dicen absolutamente nada del centenar de heridos civiles y los 312 policías y soldados heridos, de los cuales cuatro están en UCI.
No pretendo justificar la muerte de civiles, al contrario, es un dolor inmenso para todo el país y el deber es que se investigue exhaustivamente para determinar las responsabilidades penales individuales y, por supuesto, mínimamente que se implemente un programa de indemnización para sus deudos.
Que se entienda que eso no tiene ningún objetivo de pagar para silenciar las muertes, al contrario, es asumir las responsabilidades de reparación civil que corresponden al Estado en circunstancias como esta.
Porque también es deplorable que se pretenda distorsionar lo acontecido informando como que una marcha tranquila y pacífica que protestaba en las calles, fue reprimida salvajemente disparando a quemarropa a civiles, como si les hubieran acribillado. Esto es absolutamente falso.
Ahí están las imágenes del vandalismo que se desbordó y la intencionalidad de tomar aeropuertos y activos estratégicos. Es en esa circunstancia que se da el enfrentamiento con consecuencias trágicas, debió haber excesos y sobre todo victimas inocentes, eso es innegable.
La realidad es que ya no es un conflicto social sino un conflicto político que tiene evidentes intereses de subvertir el Estado de derecho y hasta la democracia. El deber de todos es buscar la paz social y contribuir a ella; parte de esto es narrar los hechos reales.
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