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[OPINIÓN] Gonzalo Elías: “Día Mundial de la Felicidad”
El 20 de marzo fue el Día Internacional de la Felicidad y se publicó el informe anual sobre bienestar y felicidad. Hay buenas y malas noticias. Por un lado, el Perú sigue saliendo bajo en la región según los indicadores de Naciones Unidas, solo por encima de Venezuela, que ocupa el último lugar. Los dos primeros puestos del ranking son para Costa Rica y Uruguay.
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El 20 de marzo fue el Día Internacional de la Felicidad y se publicó el informe anual sobre bienestar y felicidad. Hay buenas y malas noticias. Por un lado, el Perú sigue saliendo bajo en la región según los indicadores de Naciones Unidas, solo por encima de Venezuela, que ocupa el último lugar. Los dos primeros puestos del ranking son para Costa Rica y Uruguay.
El informe indica que hay ciertos factores determinantes: la salud (mental y física), las relaciones interpersonales saludables, los ingresos, tener un sentido de vida, la libertad, la generosidad, la gratitud y la ausencia de corrupción.
Si bien la pandemia, las protestas violentas y los huaicos no han ayudado mucho a nuestra ya golpeada economía y salud mental, a su vez el informe revela que se ha promovido uno de los factores claves que inciden en la felicidad: la solidaridad. Hemos podido apreciar en algunos lugares cómo la gente se ha congregado para ayudar durante los huaicos, trabajando de manera unida y fortaleciendo el sentimiento de comunidad, como ha sucedido en Punta Hermosa. Muchos otros han ayudado con sus donaciones.
Está claro que la felicidad está seriamente amenazada en todo el planeta. A veces pienso que somos demasiados, nos estamos peleando como en el juego de las sillas por no quedarnos sin espacio y sin recursos. Se agrede al medio ambiente. La codicia y la corrupción son enfermedades extendidas por toda la tierra, y llegan incluso a las guerras.
El camino hacia el bienestar y la salud pasa por recuperar valores fundamentales como la generosidad, la honradez, la empatía y la compasión.
En lo personal, intento encontrar el norte siempre con base en una buena relación con el de arriba, con la naturaleza y con los demás. No es fácil, pero creo que siempre han sido y siempre serán los ejes cardinales. Sumaría por supuesto la relación con uno mismo, que tampoco es fácil, y también debe ser trabajada constantemente para poder ganarles a nuestros demonios, crecer en autorrespeto y autoestima.
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