José Cevasco: ¿La Policía Nacional en pedazos?

Tuve una inusual charla con un miembro de la Policía; me senté frente a él y en un parpadear empezó a "marcarme la cancha", y en menos de treinta minutos me hizo una radiografía de lo que debe ser la verdadera función de nuestra Policía.

Me hizo notar que esa función no era "recoger perritos de la calle", como tampoco disfrazarse de Papá Noel o de reyes magos. Que la función de la Policía Nacional era dar seguridad en las calles y que quizás la institución a la que pertenece tiene demasiadas funciones, distrayendo su principal razón de ser.

Echemos un vistazo: forestal, judicial, de requisitorias, de rescate, contra el terrorismo, seguridad del Estado, salvataje, tránsito, servicios especiales, canina, montada, escuadrón verde, ecológica, minería ilegal, terna, robo de vehículos, ferroviaria, servicios estratégicos, protección de obras, bancos, carreteras, delitos tecnológicos, criminalística, trata de personas, homicidios, táctica de zonas urbanas, inteligencia, desactivación de explosivos, alta montaña, génesis, resguardo presidencial, entre otros.

Y me puse a pensar: ¿acaso algunas de estas funciones no podrían ser derivadas a otras instituciones como por ejemplo las municipalidades, para el caso del tránsito, o tener guías de turismo en una oficina del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo?

No soy un especialista en el tema de seguridad ciudadana, pero el sentido común me dice que la Policía debe dirigir sus esfuerzos básicamente a la seguridad en las calles, y que no esté distrayendo recursos en asuntos que podrían estar en manos de otros sectores del Estado.

Por otro lado, muchas dependencias de la Policía generan anualmente millones de soles, sin embargo dichas dependencias no reciben un porcentaje de esos ingresos para mejorar su capacidad logística ni tecnológica. Una reingeniería de la Policía Nacional, para centrar los recursos humanos en la seguridad en la calles, es lo que necesitamos para que podamos tener tranquilidad y no vivir con miedo. El que mucho abarca poco aprieta, dice el refrán.