En un mundo cada vez más saturado de información, la atención se ha convertido en un recurso escaso. Diversas investigaciones señalan que la atención es fundamental para el aprendizaje, hasta el punto de afirmar que, sin ella, no hay aprendizaje. Hoy en día, el acceso constante a redes sociales y a una abundancia de información afecta negativamente la atención que los estudiantes necesitan para aprender.
Como menciona Martín Naranjo en su red X, aunque tengamos acceso a una gran cantidad de materiales y recursos educativos, nuestra "capacidad de atención" sigue siendo limitada. Este "ancho de banda cognitivo" se ve restringido por la sobrecarga de información, especialmente cuando se consume en formatos que ofrecen recompensas inmediatas.
Los estudiantes, acostumbrados a consumir contenido digital de forma rápida y fragmentada, a menudo encuentran difícil concentrarse en actividades que requieren un esfuerzo sostenido y atención durante períodos prolongados, como las clases tradicionales. Esta situación nos plantea una oportunidad para innovar nuestras prácticas pedagógicas y las metodologías educativas para captar eficazmente esta atención limitada.
Aunque los estudiantes estén físicamente presentes en las aulas, su atención puede estar dispersa. Por lo tanto, las metodologías activas se presentan como una solución viable, ya que al incorporar técnicas que fomentan la participación, se mejora la atención y, por ende, el aprendizaje.
También es necesario profundizar en cómo mantener la atención a lo largo del tiempo. Para contrarrestar la búsqueda constante de recompensas inmediatas, fomentar la lectura de libros completos se vuelve necesario y urgente, en un contexto donde los resúmenes y presentaciones rápidas predominan. La lectura profunda ya no debe ser una tarea escolar, sino un medio para desarrollar la atención y concentración, ayudando a los estudiantes a procesar información de manera más efectiva.
Estas estrategias ayudan a mantener la atención sostenida y permiten un aprendizaje más profundo. Este tipo de aprendizaje se integra con el conocimiento previo del estudiante, ampliando su comprensión y creatividad. Fomentar el pensamiento crítico y la colaboración se convierte, entonces, en un objetivo primordial. Tomando en cuenta estas nuevas metodologías, podremos garantizar un aprendizaje significativo y duradero.