La violencia engendra más violencia. Un adagio muy antiguo que, al parecer, el gobierno de Israel con Netanyahu a la cabeza no entendió, después de casi un año de escalada de violencia desatada contra el pueblo palestino, que ha destruido prácticamente el 80% de Gaza, haciéndola inhabitable, con más de 1.9 millones de desplazados (9 de cada 10 gazatíes están errando en el desierto) en una crisis humanitaria sin precedentes, con más de cuarenta mil muertos, la mayoría niños inocentes asesinados salvajemente.
Por supuesto que es un genocidio y las autoridades del mundo han avalado con su silencio el dolor del pueblo palestino, el llanto y la desesperación de miles de niños masacrados por la aviación israelí, que ha sido implacable en los bombardeos; lo más triste es que cada día tenemos las imágenes de dolor y sufrimiento del pueblo palestino en videos que son viralizados en las redes sociales, por lo que ya se está hasta normalizando el genocidio.
Por eso las manifestaciones multitudinarias solidarizándose con el sufrimiento del pueblo palestino en todas las capitales del mundo, que los poderes mundiales niegan y, peor, gobiernos como el de Biden siguen enviando bombas para masacrar civiles, como muestra de la decadencia humana.
Recuerdan el escándalo y las justificaciones rocambolescas del gobierno de Israel. Cuando atacaron el primer hospital en Gaza, tuvieron el desparpajo de negarlo y atribuirle el bombardeo a un autoatentado provocado por Hamás para sorprender a la opinión pública, lavándose las manos; muchos medios internacionales hicieron eco y gran cantidad de redes sociales hicieron comparsa.
Al año de esta incursión en territorio palestino, Israel ha bombardeado no solo hospitales, sino escuelas, edificios de refugiados, han asesinado a periodistas y corresponsales de los principales medios del mundo, además de bombardear las sedes de las Naciones Unidas y matar a sus oficiales sin recibir ninguna sanción, sabiendo que son crímenes de guerra.
Ahora la guerra ha escalado, también han bombardeado el Líbano, Yemen y Siria, en una clara violación al derecho internacional y por eso se nos vienen ahora las represalias, como el ataque de ayer por parte de Irán con misiles en Tel Aviv y Jerusalén; al parecer se viene la deflagración total en Medio Oriente, peor si Israel nunca entendió que sus actos violentos tenían consecuencias.