Lo que le espera a Toledo

Desde hace más de un año, Alejandro Toledo vive tranquilamente en Estados Unidos teniendo en Perú dos órdenes de prisión preventiva sobre sus hombros. El prófugo ex presidente parece muy confiado en que no será repatriado, ya que en los últimos meses lo hemos visto –gracias a las fotos que se comparten en redes– recorriendo las calles de ese país sin mayor preocupación. Pero esa situación tan plácida en la que vive puede cambiar en los próximos meses.

Ayer, el ex mandatario de Panamá Ricardo Martinelli regresó a su país enmarrocado y resguardado por la Policía luego de que se concretara su extradición desde EE.UU. después de casi dos años de gestiones. Martinelli era solicitado por la justicia panameña por la malversación de fondos para crear una red de espionaje que alcanzó a 150 personas durante su mandato (2009-2014), y que incluyó a periodistas y políticos.

Esta es solo una de las investigaciones que tiene abiertas Martinelli porque, al igual que Toledo, también está involucrado en el pago de sobornos de Odebrecht y otra veintena de casos de corrupción, según la prensa panameña. Hasta los hijos del ex mandatario, Ricardo y Luis, están acusados de recibir coimas de la firma brasileña y por eso también enfrentan un proceso de extradición.

Si hacemos la comparación con la situación de Toledo, podemos decir que en el futuro veríamos un desenlace similar. Hay que destacar que la triangulación hecha por Toledo junto con el empresario Josef Maiman para recibir los US$20 millones ilícitos de Odebrecht ha sido muy bien expuesta por la Fiscalía peruana en su solicitud para traer al ex jefe de Estado. Incluso, cuentan con el testimonio de Maiman, en el que relata cómo es que usaba sus cuentas bancarias en el extranjero para recibir los sobornos, que fueron el pago por conceder la IIRSA.

El pedido presentado ante EE.UU. permanecería dos meses en el Departamento de Estado y luego pasará al Departamento de Justicia, que hará la función de fiscal ante el juez federal. Un punto a favor de la extradición es que Odebrecht celebró un acuerdo con la justicia de EE.UU. en el que reconoce haber pagado coimas por US$29 millones en el Perú, parte de los cuales habría sido el ex mandatario Toledo.