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[Opinión] Liz Reyes: El precio del miedo
Sabemos que el ámbito económico también refleja las situaciones políticas, y hoy por hoy, al no tener un representante con la venia al 100%, ya tenemos temor en todos los mercados.
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En las entrevistas que me han venido realizando en algunos medios, me suelen preguntar o hacer este comentario: “Los precios no dejan de subir”. Si vamos al mercado, al supermercado o adonde solemos ir a realizar las compras, vemos que los precios se han incrementado: el pollo, el arroz, los huevos. Y si vamos a una panadería, el pancito de cada tarde o mañana también ha subido.
Resulta que gran parte de la canasta básica, aproximadamente el 38%, son alimentos y, dentro de este grupo, muchos de ellos son sensibles al tipo de cambio porque en algunos casos son importados. Por ejemplo, importamos el 100% de trigo con el que hacemos las masas, los panes, las galletas, los fideos. Importamos el 100% de aceite de soja; con este hacemos aceite. Importamos el 66% de maíz, con el que alimentamos a los pollos, y si sube el alimento de los pollos, ese incremento va al precio del mismo pollo que la señora compra en el mercado. Importamos el 30% de lácteos, me refiero a la famosa leche o yogurt.
Todos estos alimentos y sus derivados son los que han mostrado ese incremento de precio y es evidente la sorpresa de las familias por esta situación, pero, ante coyunturas como la que hoy vivimos, todo tiene sentido.
Sabemos que el ámbito económico también refleja las situaciones políticas, y hoy por hoy, al no tener un representante con la venia al 100%, ya tenemos temor en todos los mercados. Eso hace que los capitales grandes duden en continuar por estos lares, que ahorros de muchas personas vayan a parar a sus propios colchones por el temor, un miedo ante tanta incertidumbre.
Se trata de toda una cadena de miedo que solo genera más inestabilidad cada día. Es por ello que cada promesa hecha, cada palabra dicha, cada entorno de los candidatos, cuenta. Cada acción y cada relación que tienen con alguna persona que sea una amenaza para la paz y el desarrollo del país, cuenta. Porque todo eso, queridos lectores, se verá reflejado no solo en el bolsillo de los grandes empresarios, sino también en aquel que tiene un puesto ambulante.
No te dejes contagiar por ese miedo, el cual tiene un “precio alto”: incrementos de un dólar, reducción de tus presupuestos, reducción de tus ingresos. El incremento del miedo solo influye con decisiones mal hechas y apresuradas, y eso es un “precio muy alto”.
Solo cuida tu economía, tus ahorros, tus presupuestos, tus previsiones, de una forma inteligente, con consciencia, asesorado por quienes saben, no por aquel amigo, vecino o familiar que cree que las fórmulas son iguales para todos.
Me encuentran en mis redes como @lizreyes.prosperos.
LEA TODOS LOS MARTES A LIZ REYES
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