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Luis Davelouis: Antifujimorismo y PPK
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Definirse por oposición a algo es, las más de las veces, síntoma de escasez de ideas. Ser anti-lo-que-sea ("anticaviar", "antifujimorista", "antineoliberal", "antisocialista") no dice nada de quien así se define y pone la carga de la identidad propia sobre eso que se aborrece. Definirse en función de algo –aunque ese algo sea la abyección materializada– crea dependencia de ese algo. Es muy poco inteligente.
Pero lo cierto es que el "anti" no solo existe, sino que cunde. Y en grandes proporciones. Y eso, por el momento, es una mampara de oportunidad para PPK. Según la encuesta de IPSOS publicada ayer en El Comercio, 43% de los que votarán por PPK lo harán para que no gane Keiko. En el caso de los que votarán por Keiko, solo un 13% dice que lo hará para que no gane PPK. En el conteo global, el antivoto de Keiko es 45% y el de PPK 37%.
Pero eso, por sí solo, se queda cortísimo. PPK tiene la compleja tarea de usar el antivoto fujimorista a su favor sin irle a la yugular, de modo que, de ganar, no deba enfrentar a 71+ congresistas fujimoristas con sangre en los ojos. Si a Héctor Becerril se le sale lo patán hasta cuando está jubiloso, imagínenselo picón.
Por otro lado, los NSE D y E se le están escapando a chorros y él no parece darse cuenta. Ahora vendría bien firmar un compromiso social, no para darles gusto a los cuatro gatos del FA, sino para coser el hueco por el que los votos D y E se van con Keiko. Comprometerse a continuar la reforma educativa, la Ley Universitaria y la Sunedu (con 59%, 82% y 83% de respaldo ciudadano respectivamente) sería un gran comienzo. Prometer que para el bicentenario ningún niño volverá a morir de frío en el sur es, además de una oferta electoral potentísima, una obligación moral. Ojalá.
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