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Luis Davelouis: Chinita linda
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Alfredo Thorne, seguramente harto del infundio reiterado, soltó un inexcusable "creo que a la china se le han arrugado mucho los ojos y ya no puede leer muy bien". Thorne se refería a que Keiko Fujimori seguía repitiendo que el plan de PPK eliminará la compensación por tiempo de servicios (CTS) para los trabajadores, pese a saber perfectamente que no era cierto.
Si Thorne, ofuscado, se quiso hacer el gracioso, ha patinado de la peor manera posible y les va a costar. Primero, no está en el patio del colegio donde el exabrupto podría pasar piola, se trata del representante de un partido que pretende la presidencia de la República. Segundo, utilizar los rasgos físicos de alguien para desarmar un argumento, así se trate de una mentira y los trolls cobardes del fujimorismo lo practiquen a diario, es absolutamente inaceptable. Uno tiene que ser mejor que la gentecilla aquella siempre: por altura, por argumentos, por conducta, por desprecio. Lo único que le queda a Thorne es disculparse.
Dicho esto, resulta curioso que los fujimoristas se ofendan, se rasguen las vestiduras y se resientan y se encojan como canes recién castrados, no porque la hipocresía no les alcance o porque tal inconsistencia no les quepa en el doble rasero, sino porque el menosprecio que demuestran por la memoria de la gente es alucinante.
Y "la gente" solía referirse al padre de Keiko Fujimori como "el chino". De hecho, la letra de la canción insignia de su última campaña –antes de fugarse– repetía el sonsonete "¡chino, chino! ¡chino, chino, chino!". Y pese a que sus padres eran japoneses y él también (pudo postular al Congreso de Japón, ¿no?) y a que Japón y China vivieron enfrentados por decenas de años, le molestaba tan poco que lo explotaba con fines proselitistas. Y la hija del chino, puede ser una chinita.
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