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Luis Davelouis: Compañeros descartables
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Alan García tiene suerte. Cada vez que las papas han quemado demasiado, ha habido alguien a la mano a quien lanzar a los leones en su lugar. Quizás los más conspicuos casos sean los de Jorge del Castillo, Rómulo León, Aurelio Pastor y el recientemente desaparecido Agustín Mantilla, quien se llevó a la tumba los secretos de García, aunque este no lo visitara en 15 años. Ni a su velorio fue y eso no era de extrañar, según León.
Siempre me llamó la atención la disciplina aprista. No es un secreto que tienen sus noches de cuchillos largos durante las cuales se destripan sin piedad, pero, cuando llega la mañana, todos son "amigos" de nuevo. Los trapos sucios se lavaban en casa y, si alguien debía ser sacrificado para salvarle el pellejo al jefe o la reputación al partido, la decisión era obedecida por todos y cada uno. A los compañeros no se les acuchilla en público.
O eso pensábamos. La semana pasada reabrió algunas viejas heridas. Primero, los plagios en su escuetísimo Plan de Gobierno y luego en el Plan del Bicentenario que gestiona Del Castillo. Pues bien, Mauricio Mulder le dijo esto a Gerardo Caballero, de El Comercio, sobre lo anterior: "(Jorge) nunca ha sido jefe de plan de gobierno (…) está elaborando (…) el 'Plan Bicentenario' (…). El plan de gobierno es el que presentó el presidente Alan García (…) pero como este 'Plan Bicentenario' está haciendo las veces de plan de gobierno, en la práctica, es Jorge del Castillo, como secretario general, el que está trabajando el plan de gobierno". Clarísimo.
La desazón es comprensible. Nadie quiere estar en el camino del jefe porque ya vieron lo que les pasa a quienes lo intentan, aunque sea para abrirle paso.
La muerte no redime a nadie. Ni siquiera en el Apra.
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