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Luis Davelouis: Felizmente no ganaron
“Este gesto mezquino confirma que el fujimorismo es el de siempre”.
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Correcto, centrado, bien estructurado, convocante, inclusivo y tratando de no olvidarse de nadie y con una clara visión del país que quiere empezar a construir. Así fue el mensaje a la nación de PPK, flamante presidente constitucional, quien dijo, sin aspavientos, que quiere llevar al Perú a la verdadera modernidad, hacer de él un imán para las inversiones por su justicia predecible e instituciones consecuentes. Dijo querer convertir al país en un referente de civilización en la región y que eso pasa por darle servicio de agua y saneamiento de calidad a cada hogar peruano; por impulsar la educación inclusiva y abierta al mundo en todos sus niveles; por hacer un gobierno intolerante con la corrupción venga de donde venga y respetando escrupulosamente los derechos humanos. En un gesto que contradice a Luz Salgado, la bancada fujimorista, escéptica, pataletuda (aún) e inmutable al discurso. Ni siquiera se pusieron de pie en señal de respeto a su investidura: es el presidente de todos, no solo de los que votaron por él. Este gesto mezquino, un intento fallido de hacer pesar su número con bullying, confirma que el fujimorismo es el de siempre: la voluntad popular no interesa si no les es funcional. ¡Felizmente no ganaron!
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