Luis Davelouis: La hoguera de las vanidades

El fin de semana nos dejó una visión muy triste de lo que son capaces de hacer ciertos políticos por sobrevivir. Vivir para luchar otro día.

Pero, tratando de exprimir una gota de bueno de lo pésimo, el PPC podría, ojalá, ponerse a inventariar cada sol que ingrese y se gaste durante la campaña que realizará con el Apra. Sería maravilloso (justicia poética) que Lourdes les saque los trapitos y les bloquee el financiamiento de dudosa procedencia a sus nuevos socios, ¿cierto? Sin embargo, dada la reputación de Raúl Castro y de algunos de sus socios… digo, correligionarios… eso de monitorear la limpieza de la campaña difícilmente sucederá.

En fin. Aquella frase, vivir para luchar otro día, recogida magistralmente en "The Trooper" de Iron Maiden, pierde poesía y sentido cuando uno se imagina la cara de Álex Kouri mientras le decían "ahorita no, joven, que viene Lourdes y ya contigo es mucho roche; no te desanimes y sigue participando; nosotros lo llamaremos… quizás". Sobre todo porque se sentía sentado en el Congreso. ¿Vieron? En la puerta del horno se quema el pan.

Lo mismo si uno imagina la cara de Nano Guerra García cuando le contaron que Yehude Simon, quien le ofreció la inscripción del Partido Humanista para postular, había decidido lanzarse como precandidato y armar unas primarias que de todos modos ganaría. Algo parecido debe haber sentido Sigifredo Velásquez, vocero de Fuerza Social, cuando su movimiento lanzó un comunicado que desmiente que respaldaría al Frente Amplio después de que él lo anunciara. Horrible, oye. Y viene el armado de listas al Congreso… eso va a ser un asco.

– "¿Y Álex Kouri?

– "Tú no te preocupes, yo hablo con Álex", respondido el gran bonetón.