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Luis Davelouis: Inconsistencias
“Ahora el Frente Amplio tropieza con la misma piedra con la que se fue de muelas toda la campaña: Venezuela. (…) No se puede exigir la consistencia que no se tiene. ¿Es el FA democrático? Complicado”.
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Cuando se le pidió a Keiko Fujimori que deslinde de los delitos de su padre y no lo hizo, no nos dio motivo alguno para pensar que el fujimorismo se había reformado. O bueno, que el movimiento se había arrepentido y estaba luchando consigo mismo para dejar de ser quien nació para ser porque, ojo, el fujimorismo nunca ha aspirado a ser más que lo que siempre ha sido. Y en un país tan informal y de identidades tan volátiles como el nuestro, esa consistencia podría ser considerada una especie de valor.
Después nos quedaría a todos claro que el fujimorismo es lo que siempre ha sido y seguirá siendo porque está muy contento con su identidad, hasta orgulloso.
Hizo bien el Frente Amplio y muchos otros actores políticos en señalar la tremenda inconsistencia que supone reivindicar los delitos del gobierno de Alberto Fujimori y al mismo tiempo prometer lucha frontal contra la corrupción. O tener a Joaquín Ramírez de secretario general y prometer lucha frontal contra el narcotráfico. O tener a José Chlimper de vicepresidente y ofrecer transparencia total.
Ahora el Frente Amplio tropieza con la misma piedra con la que se fue de muelas toda la campaña: Venezuela. Sí, ser socio comercial de sistemáticos violadores de derechos humanos mucho peores que Venezuela como China o Turquía es atroz, pero el FA está haciendo política. No se puede exigir la consistencia que no se tiene. ¿Es el FA democrático? Complicado.
El alacrán necesitaba cruzar un cauce de agua. La tortuga se ofreció a llevarlo a condición de que no la pique. A la mitad del cauce, el alacrán la hiere de muerte aun sabiendo que él también moriría ahogado: "No lo puedo evitar, está en mi naturaleza".
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