Luis Davelouis: Lavadora de activos (I)

Según cálculos de la Procuraduría, más del 70% del dinero que se lava en el Perú pasa en algún momento a través del sistema financiero. Según cálculos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y del Ministerio Público, la cifra superó los US$1,600 millones el año pasado.

Y eso es, tal vez, una pequeña fracción de lo que en realidad se lava. Porque sucede que esos US$1,600 millones es lo que logran ver –no detener– con las facultades limitadísimas que tiene la UIF. Comparada con otras organizaciones que vigilan los movimientos de dinero ilícito en el mundo, incluyendo América Latina, la UIF peruana no puede cruzar información con el Ministerio Público, ni con el Poder Judicial, ni con la Sunat, ni con organizaciones análogas en otros países. Parece ridículo, porque es como poner a dirigir el tránsito a un policía con una venda en los ojos, las manos atadas y amordazado.

Ya se intentó darle a la UIF las facultades que necesita para cumplir cabalmente con el propósito para el que fue creada, pero los intereses en el Congreso siempre fueron más fuertes y en contra.

Por eso, en la campaña presidencial, la señora Keiko Fujimori fue enfática: "De mi parte, totalmente a favor (de fortalecer la UIF)". Y más: "Con referencia a levantar el secreto bancario a todas las personas investigadas, yo estoy completamente de acuerdo". Por eso es TAN extraño que ahora su bancada no apoye el pedido de facultades del Ejecutivo para hacer eso con lo que su lideresa estaba tan de acuerdo.

¿Por qué no querría Fuerza Popular que la UIF tenga "dientes"? La excusa de la inconstitucionalidad es falaz y, en serio pues, la Constitución nunca ha detenido al fujimorismo cuando este ha tenido los números y el objetivo claros.