Luis Davelouis: El Estado lorna

Siempre me pareció que eso de reclamar con denuedo –hasta con rabia– un Estado pequeño y eficiente para ser más competitivos y que el mercado se encargue, era de un embuste de convenidos. El mercado, dejado a sus anchas, le da pan al que ya tiene demasiado y se lo quita al que no tiene suficiente ni cómo retenerlo. Piña, pues. Porque, fíjense de lo que nos venimos a enterar, el egoísmo de los individuos no puede, de ninguna manera, parir justicia. ¿Quién hubiera podido imaginarlo?

En fin. Ayer, Gestión publicó una nota en la que explicaba que las condiciones para realizar el proyecto del aeropuerto de Chinchero en el Cusco iban a cambiar. Al Estado le iba a costar más porque debería reconocerle los costos financieros al concesionario por los primeros cinco años. ¿Cuánto dinero más es eso? La viceministra del sector Transportes, Fiorella Molinelli, dijo que no tenía la cifra. Según reporta Gestión, Ositran ha dicho que este cambio que afecta los costos y los precios a los que se pactó el concurso ganado por la empresa Kuntur Wasi, podría generar que los que perdieron pidan descalificar al ganador.

¿Por qué pasa siempre esto? ¿Por qué el Estado siempre tiene las de perder y jamás las de ganar? Si Kuntur Wasi postuló con un precio y un plazo, ¿a santo de qué hay que darle facilidades que no estaban estipuladas en las bases del concurso? Si no puedes cumplir con los precios y los plazos a los que te obligaste por concurso y contrato, pues pagas tu penalidad (que debería haber por hacerle perder el tiempo al Estado) y el proyecto se pone a concurso otra vez. No es que no haya postores, como con los lotes petroleros de la selva.

Esta no es la primera vez que el Estado le subsidia el proyecto al que ganó el concurso y que este termina financiando la obra con plata ajena y gratis. La pregunta es ¿por qué? ¿El mercado no funciona?