Luis Davelouis: Conmigo o contra mí II

Etiquetar como enemigo a cualquiera que disienta de la causa propia no es nuevo. Tampoco lo es cómo es que esto se materializa. La noción de justicia se diluye porque, por principio, a los enemigos no se les perdona nada, mientras que a los "amigos" se les perdona todo o, en el mejor de los casos, se les exige un acto de contrición para la tribuna y listo.

PPK dijo "el fujimorismo puede criticar, pero el que está manejando el carro soy yo" y el congresista fujimorista Luis Galarreta calificó estas declaraciones de autoritarias y poco democráticas. "PPK no escuchará a nadie", sostuvo.

Habría que preguntarle si las declaraciones de sus compañeros de bancada Héctor Becerril ("no vamos a consensuar nada con las minorías"), Pedro Spadaro ("ya saben de quién es el Congreso") o Francesco Petrozzi ("nuestras leyes van a pasar por un tubo") le parecieron más o menos autoritarias que lo expresado por PPK. O si le pareció poco democrático que la lideresa de su nuevo partido, Keiko Fujimori, no asistiera a saludar al presidente de todos los peruanos cuando hasta el rey emérito de España y la presidenta de Chile lo hicieron. ¿Le parecerá autoritario que Keiko envíe un mensaje el mismo 28 de julio para decir que su plan se ejecutará a través del Congreso cuando el plan que ganó fue el de PPK?

PPK dijo que la bancada de FP tiene, al menos, 30 invitados que están allí por prebendas que hubieran obtenido de ganar Fujimori, pero, como no ganó, se les puede jalar. "Esas declaraciones son nefastas, peligrosas y preocupantes", dijo Galarreta.

Aun poniendo de lado la compra fujimorista de congresistas en los 90 (en video), todo lo que dijo PPK es verdad: de los 73 congresistas de FP, 26 cambiaron de partido para postular a una bancada donde el 85% son invitados. Como Galarreta.