Luis Davelouis: Narcotrolls II

Digamos que uno puede ser taaan candelejón que no sabe ni se pregunta de dónde saca el tío Vladi la plata con la que les pagaba la universidad a uno y a sus hermanos pese a que papá gana 2 mil soles al mes y uno lo sabe porque papá siempre se asegura de que los diarios muestren cuán modesto es.

Admitamos que ni siquiera me parece raro que solo a mí me manden la plata de la pensión en efectivo. Asumamos también que al más perspicaz de mis compañeritos de la universidad en Boston tal movilización de cash solo le despertaba ternura: "Pobres, en Perú no hay cheques".

Aceptemos el supuesto negado de que Keiko no sabía de dónde provenía la plata para pagar sus estudios.

Pero lo que no se puede aceptar ni por un segundo es que la candidata a la presidencia de la República diga que no sabe de dónde sale la plata con la que el secretario general de su partido, Joaquín Ramírez, le financiaba parte de esa campaña. Es imposible: Ramírez ya tenía una investigación abierta por lavado de activos en el 2014 y una denuncia penal por falsificación de firmas. Y peor, no puede decir que no sabía, porque el pedido de levantamiento de inmunidad parlamentaria de Ramírez fue bloqueado por la bancada de Fuerza Popular, de la que, además, ¡forma parte su hermano Kenji!

Así es que, como con el viejo "Arberto", hay solo dos posibilidades: o se es idiota o se es cómplice.

Las "coincidencias" entre el fujimorismo y el narcotráfico son demasiadas como para seguir llamándolas así. Montesinos está preso y –se supone– incomunicado, así que no hay a quién más echarle la culpa de narcoinfiltraciones.

Querido fujitroll, sospechando de dónde viene la plata con la que pagan tu táper de arroz, ¿estás seguro de que quieres seguir haciendo lo que haces?