Luis Davelouis: La plata y Anel

El ministro de Economía, Alonso Segura, le dijo el fin de semana a El Comercio que en los gobiernos regionales hay un desconocimiento supino con respecto a cómo funciona el Estado, que Fernando Cillóniz –gobernador de la región Ica¬– no sabe lo que dice, que él (Segura) no es un gestor de intereses (lobista) y que en las arcas del Estado no hay toda esa plata que se requeriría para hacer todo eso que los candidatos asistentes a CADE 2015 dijeron que harían. "Tu ministro de Economía te lo está diciendo: no te sobra la plata".

Segura tiene razón y al menos los dos o tres candidatos que sí se molestaron en llevar un discurso más o menos consistente y preparado a CADE lo saben. La brecha de infraestructura de US$160 mil millones (sí, lo único que hace es crecer) que tiene el Perú no se puede cerrar sin el concurso del sector privado a través de asociaciones público-privadas ni se puede cerrar de golpe. En las arcas del Estado, repartidos en todas las cuentas, hay más o menos US$30 mil millones, que es un montón de plata pero que apenas cerrarían el 19% de la mencionada brecha y nos quedaríamos sin ahorros.

Ofrecer y no molestarse en cumplir las promesas es una antigua mala costumbre que tiene que ver con la poca coherencia y consecuencia de nuestros políticos y de nuestra sociedad. El compromiso no existe y hoy hago lo que me conviene o conviene a mis socios y sirve a mis propios intereses. Lo que dije ayer, no importa. El transfuguismo es, principalmente, un claro síntoma de eso. El ejemplo reciente: que Anel Townsend diga que se alía con el movimiento de César Acuña, entre otras cosas, para "fortalecer los partidos políticos, la democracia interna y, con ellos, tomar el riesgo y dar continuidad" ya no sorprende ni da cólera. Da risa.