Luis Davelouis: O retorno do “faenón”

La semana pasada fue capturado en Brasil el presidente ejecutivo de Odebrecht, Marcelo Bahía Odebrecht, por haberle birlado a su país, a través de contratos sobrevalorados con Petrobrás y en contubernio con otras grandes constructoras de ese país, nada menos que entre 2 mil y 3 mil millones de dólares usados para pagar coimas.

Observando los lazos de la empresa con los líderes y los procesos de licitación más importantes en muchos países de América Latina, se presume que tales prácticas no se limitaban a Brasil. Varios países ya investigan las licitaciones en las que participó y ganó Odebrecht.

Solo en el Perú, Odebrecht ha participado en cerca de una centena de proyectos en los últimos 40 años entre los que destacan el Gasoducto Sur Peruano (US$7.8 mil millones), el Metro de Lima (US$5.4 mil millones), los tramos 2 y 3 de las IRSA Norte e IRSA Sur (US$1.2 mil millones) y muchos más.

Los gobiernos de Toledo, de García y de Humala están involucrados lo mismo que muchísimos de sus funcionarios que ahora mismo deben estar haciendo maletas si ya no están presos, muertos o fugados. Al cierre de esta columna (4 pm), extraña que aquí se hable tan poco del tema y de los involucrados, ¿reserva de la investigación? Difícil, si vemos cómo le dieron a los 40 mil dólares que Nadine Heredia se habría gastado en carteras. Y esos no son fond os públicos. Mucho miedo y poca vergüenza. Debe haber una cantidad enorme de dinero volando desde Brasil para cerrar bocas, aceitar voluntades, hundir documentos y desaparecer pruebas.

¿Será ese el chorreo al que se refería Toledo? ¿O la plata que llega sola de la que hablaba García? Debajo de su cama, al lado de una maleta que él presume vacía, un presidente maldice la hora en que se metió en política.