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Luis Davelouis: ¡Terrucos everywhere! (I)
“Llamar ‘terruco’ a cualquiera que no piense como uno es aligerar el peso que esa palabra debería tener en un país cuyas heridas todavía no han terminado de cerrarse”.
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Sendero Luminoso ha vuelto. O está volviendo. O ahorita regresa, ya van a ver. Y, además, regresarán todos juntos: Sendero de la mano del MRTA y del Ejército de Liberación Nacional liderado por Javier Heraud, el protocaviar definitivo vuelto zombie. Porque está muerto, digo. Me parece increíble que siga habiendo gente que llame alegremente "terruco" a cualquiera que no esté de acuerdo con su posición política, ideológica o de lo que sea.
El terrorismo es un delito que se cometió sistemáticamente durante más de una década en nuestro país, que dejó casi 70 mil muertos y un número indeterminado de desaparecidos y, por lo menos, el mismo número de familias destrozadas y deudos que todavía esperan que la justicia llegue. Llamar "terruco" a cualquiera que no piense como uno es aligerar el peso que esa palabra debería tener en un país cuyas heridas todavía no han terminado de cerrarse y en el que la amenaza de su retorno, si bien improbable por ahora, existe.
Pero es peor si quien utiliza alegremente el apelativo es una autoridad elegida. Para no ir lejos, ayer, escribí un pequeño texto en el que señalaba con ironía la inconsistencia que constituye, por un lado, pedir, como hacen algunos, que a los comuneros que protestan y bloquean carreteras les metan bala y, por el otro, preocuparse por los derechos fundamentales de todo ser humano porque se impulsa la muerte civil para los que cometan actos de corrupción.
La congresista Karina Beteta de Fuerza Popular me contestó: "Errada y falta capacidad analítica, eso es conclusión caviar respecto a delitos de terroristas". (Ver aquí: goo.gl/BRO2u4). Siendo literal, la señora Beteta cree que quien marcha es terrorista, que yo soy caviar, tonto y no dijo nada de los corruptos. Meh.
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