Luis Davelouis: Transparencia vital

No hay nada que llame más a la sospecha que la opacidad. La transparencia, por otro lado, es aburrida porque los medios y la publicidad nos han acostumbrado a que nos guste y llame la atención el pleito, la transgresión, el morbo, el chisme, la paranoia y las conspiraciones. O la trivialidad absoluta.

Así fue como, por ejemplo, Discovery Channel pasó de presentar crónicas sobre los peligros de la energía nuclear y el impacto de los combustibles fósiles sobre el medio ambiente a programar semanas completas solo de tiburones. Y, finalmente, programar con bombos y platillos subastas de containers abandonados y realities que narran los dramas de mujeres gitanas que se golpean por quítame-estas-pajas o de esposas de millonarios que no saben qué hacer con tanto dinero y tiempo.

Lo prístino y simple, en cambio, llama la atención una sola vez: cuando un taxista o policía devuelve un celular o una billetera llena de dinero, sale en todos los canales un solo día, una sola vez. Sin embargo, cuando un tipo atropella a un niño, el video es repetido todo el día en todos los espacios noticiosos y hasta lo comentan en los realities de calatos apila-vasitos. Y lo repiten a diario hasta la siguiente truculencia.

Si el gobierno de PPK no quiere más Carlos Moreno, deberá limpiar, como anunció el premier, muy profundo y asesorarse muy bien legalmente. Si quiere que los dejen trabajar después de este grave error, no les queda más remedio que ser particularmente pulcros, transparentes, directos y explícitos. Todo lo que digan podrá y será usado en su contra. Además, es buen ejemplo: ¿cuántos congresistas serán capaces o estarán dispuestos siquiera a transparentar la hoja de vida de sus colaboradores y la lista de los contactos de estos?