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¿Y si miramos al Sur?
“Aquellas victorias no son una coincidencia, sino una advertencia de que el sur se está agitando”.
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Luego de una corta y turbulenta jornada electoral, Lima respira aliviada al saber que su próximo alcalde será un experimentado abogado con una buena gestión realizada en el distrito de Miraflores. Sin embargo, y aunque cueste creerlo, Lima no es el Perú.
Arequipa, Moquegua y Puno, tres de las regiones más importantes del sur, parecen dar un giro hacia la izquierda. En Arequipa, Elmer Cáceres Llica, quien tiene graves denuncias y es un opositor acérrimo al proyecto minero Tía María, disputará la segunda vuelta con Javier Ísmodes, de tendencia más moderada. Asimismo, en Moquegua, Zenón Cuevas, quien protagonizó el ‘Moqueguazo’, se perfila como próximo gobernador. Y, en Puno, Walter Aduviri, quien protagonizó el ‘aimarazo’, en el que se incendiaron locales públicos y se tomó el aeropuerto de Juliaca, ganó exageradamente las elecciones regionales con un 48.1%, a pesar de haber sido condenado como autor mediato contra la tranquilidad pública. Aquellas victorias no son una coincidencia, sino una advertencia de que el sur se está agitando.
El sur tiene proyectos mineros que superan los 28 mil millones de dólares y que candidatos extremistas hayan ganado o estén cerca de ganar, pone en riesgo no solo el presupuesto del Gobierno, sino a las propias regiones. El ejemplo más claro es Cajamarca, región en la que Goyo Santos evitó que se realice Conga y ahora es la más pobre del país, pero con el mayor potencial minero. Entonces, el Gobierno tiene que priorizar los proyectos de infraestructura y saneamiento en la sierra, porque de no hacerlo, los nuevos gobernadores tendrán las excusas perfectas para oponerse a cualquier proyecto impulsado por el Ejecutivo. Asimismo, este debe comprender que, aunque en Lima haya salido el sol, esto no significa que en provincias no haya nubes.
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