Nadie tiene vara

El Poder Judicial impuso 30 meses de prisión preventiva para Yenifer Paredes y el alcalde de Anguía, José Medina, acusados de pertenecer a la organización criminal que, según la tesis de la Fiscalía, se ha instalado en las altas esferas del poder. Colusión agravada y lavado de activos son los otros dos graves cargos en que se apoya la decisión.

Lo que ha hecho el juez, a pedido del Ministerio Público, es dictar una medida para asegurar el curso de la investigación. Extrema, quizás, pero el magistrado encontró fundamentos sólidos para disponerla, como el peligro de fuga o de obstrucción a la justicia. Y sobre esta última, vaya que existen antecedentes.

La gota que derramó el vaso, como se cita en la resolución, fue la “falsa entrega” (a destiempo) de la cuñada del mandatario, días después de que se le buscara en Palacio con una orden de detención y se sucedieran una serie de artimañas para evitar el ingreso de los agentes y luego esconderla hasta que pudiera escabullirse. De acuerdo con el seguimiento que le hizo el equipo especial, Paredes estaba alojada en la casa de Pizarro el día de la intervención.

Sorprende que ahora algunos sectores se rasguen las vestiduras en las redes sociales cuestionando la medida por tratarse de un familiar del jefe de Estado, olvidando que anteriormente decisiones similares se dictaron contra Ollanta Humala, Nadine Heredia, Keiko Fujimori, Susana Villarán o Pedro Pablo Kuzcynski, algunas de las cuales se cumplieron parcialmente ante la apelación de los implicados o se revirtieron por enfermedad, como el caso de PPK.

Si nos atenemos a los hechos, basta echar una ojeada a la larga lista de denunciados, investigados y prófugos relacionados con las pesquisas sobre esta red delictiva para justificar el celo del juez. Así que ni ensañamiento ni corona para nadie. En este caso hay suficientes indicios acumulados para darle la razón a la medida, más aún tratándose de dos personajes que, además de su condición de familiares o paisanos beneficiados, son parte del cogollo íntimo de la maquinaria de corrupción puesta en marcha desde Palacio. No porque lo digan los medios, como quieren hacer creer los amigos del régimen, sino porque lo indican la lógica, los antecedentes y la evidencia.