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[OPINIÓN] Ariel Segal: Joaquín, “Caballero del Amazonas”
La oficina del padre Joaquín era un testimonio visual de sus experiencias como misionero agustino especializado en asuntos amazónicos.
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En el año 1995, tuve el privilegio de entrevistar al padre Joaquín García Sánchez en su oficina del Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía Peruana (CETA), con motivo de mi tesis doctoral sobre los descendientes de inmigrantes judíos y mujeres mestizas durante el boom del caucho. Joaquín me recibió con una cálida sonrisa y compartió su vasto conocimiento dejando entrever su humildad y apertura hacia un desconocido en busca de respuestas.
La oficina del padre Joaquín era un testimonio visual de sus experiencias como misionero agustino especializado en asuntos amazónicos. Objetos coleccionados de la selva y de diversos rincones del mundo, regalos de autoridades locales y recuerdos de sus viajes adornaban el lugar. Entre ellos me relató la historia de souvenir que recibió de regalos por parte de un alcalde de una ciudad israelí y otros visitantes de ese país del Medio Oriente.
El padre Joaquín no solo era un erudito en la historia del Amazonas peruano, en particular de la región de Loreto y la ciudad de Iquitos, sino también dominaba otros campos, desde religiones hasta historia universal y arte. Sin embargo, lo que más impactó fue su disposición a compartir sus conocimientos, especialmente cuando accedió a extensas entrevistas para mi investigación. Su interés no solo yacía en la cultura amazónica, la influencia del catolicismo y la historia del caucho, sino también en la diversidad de migraciones y la vida espiritual de sus descendientes en esta región del mundo.
De aquella entrevista surgió una amistad duradera, que se tradujo en encuentros para discutir variados temas. Al mudarme a Perú, el padre Joaquín me extendió su amistad, invitándome a participar como ponente en eventos organizados por el CETA y la Biblioteca Amazónica, dirigida por su “mano derecha”, Alejandra Schindler.
Cuando el cementerio israelita de Iquitos (el único en Perú aparte del de Lima), iba a ser demolido para ampliar el camposanto cristiano, el padre Joaquín intervino solicitando que se le declarase patrimonio cultural de la nación y logró preservar su integridad.
Joaquín falleció el 18 de enero. Su legado se materializa en el reconocimiento como “Caballero del Amazonas”, otorgado por el Gobierno Regional de Loreto. Quienes lo conocimos lo recordaremos como el gran promotor cultural y amigo generoso que fue. Su legado perdura, y su contribución a la educación, vida religiosa y cultura del Amazonas peruano merece ser explorada y valorada. Para obtener más información sobre los aportes del padre Joaquín García, se puede consultar el siguiente enlace:
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