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Hipocresía
“Los mismos que a la caída del fujimorismo nos ofrecieron un país mejor prendidos del prófugo Toledo, con el cuento de ser la reserva moral, se ofrecen de notables”.
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En la caída del fujimorismo, tuvimos que ver en video cómo se hacían negocios comprando jueces y congresistas. La corrupción no se inventó en los noventa, es solo que pudimos verla y oírla. Y enfrentados a la realidad, nos asqueamos. ¿Qué ha cambiado en 20 años? Negar que hemos crecido en la corrupción es pura hipocresía. Aunque cómoda. Porque en la medida en que no hacemos nada para detenerla, somos cómplices, cuando no los principales responsables. Y como la pobreza, la corrupción no desaparece porque no queramos verla.
Cuatro magistrados del TC cambiaron el sentido del voto de un quinto magistrado para modificar el fallo de una resolución. Esto no es solo un atentado contra el Estado de derecho y la seguridad jurídica, ¡es corrupción! Y se van corriendo a proteger ante la Corte IDH.
Duberlí Rodríguez, ex presidente del PJ, recibe entradas de “cortesía” de la FPF. “No hay que hacer una cosa esquizofrénica. Al PJ le llegan entradas de cortesía. Y algunas veces vamos y algunas veces no vamos.
Duberlí Rodríguez, ex presidente del PJ, recibe entradas de “cortesía” de la FPF. “No hay que hacer una cosa esquizofrénica. Al PJ le llegan entradas de cortesía. Y algunas veces vamos y algunas veces no vamos.
Es lo que se estila de manera tradicional”. El problema es precisamente ese, creemos que recibir regalos por los puestos que ostentamos es normal. Es la tradición. No pasa nada. Un beneficio adicional al puestito, pe’.
Se cree equivocadamente que vivimos una crisis del sistema judicial, cuando en realidad enfrentamos una crisis institucional nacional. No hay autoridad que rinda cuentas. Nadie asume la responsabilidad de sus actos porque nadie sabe ni siquiera cuáles son sus funciones. Los congresistas presionan a los funcionarios públicos para privilegiar proyectos. Los directores de empresas públicas toman decisiones que van contra los intereses del Estado, vulnerando el objetivo para el cual fueron constituidas, pero como son amigos, se les entiende. Se les apoya, se les protege. “Yo te conozco y sé que eres incapaz”. No, señor, aquí todo funcionario público tiene la obligación de rendir cuentas y asumir su responsabilidad. ¿Qué pasa con los funcionarios de las instituciones que otorgan licencias, permisos y autorizaciones? ¿Y Giuffra?
Los mismos que a la caída del fujimorismo nos ofrecieron un país mejor prendidos del prófugo Toledo, con el cuento de ser la reserva moral, se ofrecen de notables. De prístinos y morales. Se pasean por programas dando consejos y marchan contra la corrupción, sin haber pasado por el Poder Judicial a rendir cuentas. Todo sea por el puestito y la consultoría. Mientras no digamos las cosas como son, nada cambiará.
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