Nada que celebrar

Hoy 8 de marzo. ¿Día Internacional de la Mujer? ¿Por qué brindamos? Tenemos voto desde la década de los cincuenta, pero ¿cuánta voz hemos ganado? Es un buen día para repasar si tenemos mucho, poco o nada que celebrar en el Perú. Todavía hay muchos que perciben la responsabilidad de los hijos, inherente solo a las mujeres. Todavía hay quienes piensan que el embarazo es únicamente femenino. Consideran que su panza, sus náuseas, sus responsabilidades son solo de ella. Hay aún muchos que señalan los deberes de las mujeres y no reconocen sus derechos en todos los ámbitos: familiar, laboral, social y sexual.

Hay todavía muchos que justifican que siga una brecha salarial de género. En el ámbito público, donde laboran aproximadamente 1 millón 400 mil trabajadores, las mujeres (que son el 46%), haciendo el mismo trabajo que los hombres (54%), ganan 16% menos. En el sector privado, es mucho peor. En el mismo puesto de trabajo que un hombre, las mujeres ganan 24% menos.

En lo que definitivamente el Perú parece en retroceso es en la lucha contra la violencia a las mujeres. 100 mil casos de violencia familiar y de género registraron los centros de emergencia en 2017. El caso emblemático fue la absolución de Adriano Pozo luego de ver cómo arrastraba de los pelos a Arlette Contreras en el lobby de un hotel ayacuchano porque ella intentaba escapar de la violencia física y sexual a la que la estaba sometiendo su agresor.

En 2017, 116 mujeres murieron asesinadas por sus parejas. 304 mujeres casi pierden la vida molidas a golpes. El Perú es el octavo de 23 países en América Latina con el mayor índice de feminicidios. La mayor cantidad de víctimas están en Lima, en Junín y en Arequipa.

Y para asegurarnos que no tenemos nada que celebrar en un país de radiografía machista, somos el tercero en el mundo por el número de violaciones sexuales a mujeres, con la mayor incidencia, en niñas y adolescentes. ¿Celebrar? Nada por cierto.