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[OPINIÓN] Alberto Otárola: “Levantémonos y echemos a andar el país”
“Por mi formación académica considero que ha llegado el momento de concertar una reforma política, para que vaya al fondo del problema”
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Nuestra bicentenaria sociedad republicana ha resistido devastadoras crisis a lo largo de su historia: terremotos, la Guerra del Pacífico, destructivos fenómenos de El Niño, la crisis económica de la hiperinflación de los ochenta, el sanguinario ataque terrorista de dos décadas de Sendero Luminoso y del MRTA, el flagelo de la delincuencia, el lastre de la corrupción y la impunidad.
En este siglo, durante la primera década, el 2020 y 2021 resistimos el desastre sanitario del COVID-19; y ahora enfrentamos una mezcla de graves desequilibrios político-sociales, ambientales y sanitarios, de gran martirio para el pueblo.
Estas crisis han remecido los cimientos de nuestra República y han puesto a prueba al Estado y a la sociedad. Hoy, convencidos de nuestra responsabilidad, creemos que el Perú no es un país “fallido”, es una promesa y posibilidad permanente y nos toca ordenar y recuperar al Estado para darle horizonte y viabilidad a nuestra Patria.
Consciente de su deber ante la historia, la presidenta Dina Boluarte ha expuesto un mensaje a la nación que da respuesta a las mayores preocupaciones de la ciudadanía: la cotidiana y feroz delincuencia organizada e individual, la corrupción y la crisis económica que dañan la moral y los ingresos de nuestra población, la falta de un sistema sanitario eficaz y oportuno. Se trata de un mensaje claro y consistente para conducir al Perú a 2026. Un plan de gestión que muestra al país el sentido del gobierno que queremos impulsar, sobre la base de los diez ejes de la Política General de Gobierno.
En los últimos años han surgido grandes organizaciones delincuenciales, primero de asalto y robo, luego de secuestro y extorsión y después de sicariato. Lo que sufrimos hoy es la expansión de esa economía ilegal, con el actual agravante de la intervención de bandas criminales transnacionales como el Tren de Aragua.
Frente a eso, la labor de la Policía es esforzada, pero insuficiente: de enero a junio, 37 mil buscados por la justicia capturados; 146 mil sospechosos detenidos, de los cuales 10 mil son extranjeros; 6,200 bandas y 77 organizaciones criminales desarticuladas; y cerca de 4,500 armas de fuego destruidas.
En los 120 días de delegación de facultades legislativas que, estoy seguro, el Congreso concederá al Ejecutivo, vamos a lanzar casi 30 medidas anticrimen que se irán conociendo gradualmente, y que responden a la necesidad de emergencia del momento.
Por mi formación académica considero que ha llegado el momento de concertar una reforma política, para que vaya al fondo del problema: la discusión sobre el modelo político de la Constitución y el sinceramiento respecto del tipo de Congreso que necesita el país. ¿Podremos ir a los distritos uninominales y hacia una bicameralidad responsable? El hoy requiere que sí.
De otro lado, para remontar la desaceleración del crecimiento económico, las reglas planteadas son claras: evitar mayores daños por El Niño Global, facilitar la ejecución de proyectos de inversión privada nacional y extranjera suspendidos o demorados en el cuello de botella de la tramitología excesiva, facilitar la aprobación de nuevos proyectos productivos y de servicios y enfocar la inversión pública en mejorar los servicios básicos de salud, educación, saneamiento, vivienda, vialidad y comunicaciones.
Un principio básico es el manejo ordenado y responsable de nuestra economía, en cuyo modelo social y de mercado seremos inflexibles. No habrá despilfarro de recursos, pero sí una asignación eficiente del gasto público en necesidades y urgencias que la población no puede esperar.
Este Gobierno se ha comprometido a fortalecer nuestro sistema de salud, tanto a nivel primario, como en lo concerniente a los grandes hospitales de alta complejidad en las regiones, así como la lucha contra el cáncer y la anemia. Hemos destrabado importantes obras en ese sector que estaban detenidas por años, adoptando decisiones que no se tomaron en su momento. Es una promesa factible y ya estamos trabajando en ello.
¿Qué le pedimos a los principales actores de nuestra sociedad? Confianza, paz, trabajo, diálogo y concertación, pero, fundamentalmente, unidad.
Los invitamos a sentirnos orgullosos de nuestra capacidad de resistir y resurgir. Como en “Masa”, de César Vallejo, el Perú es como el hombre que seguía muriendo hasta que todos los peruanos, unidos en un solo grito, le pidieron que se levantara y el país se levantó, una vez más, y se echó a andar ¡Hagamos eso juntos!
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