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[OPINIÓN] Ana Jara: “Cuidado con bajar la guardia ante El Niño Costero”
“La información es vital, pero no debemos caer en locos entusiasmos ni excesos de confianza; es mejor mantener la alerta”.
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Si de algo podemos estar ciertos, es de lo impredecible de la naturaleza. De ahí la necesidad de ser cautelosos con las predicciones en cuanto a la magnitud de El Niño Costero. Los expertos del ENFEN (Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño), que analizan por meses este fenómeno climatológico, dan cuenta en sus últimos reportes de que, debido a la “variabilidad de las condiciones climáticas regionales” y la “persistencia del anticiclón del Pacífico Sur” (vientos y aguas frías) —esto último en versión de voceros de la Dirección de Hidrografía de nuestra Marina de Guerra—, se estima que ahora la intensidad del FEN costero será de moderada a débil (magnitud), reduciéndose a 16 el número de regiones del país, según versión del Cenepred, con riesgo aún latente de verse afectadas por lluvias, inundaciones o huaicos. Llama la atención que se haya excluido de cualquier eventualidad a las regiones costeras de Lima, Ica, Moquegua y Tacna.
Esta columnista no discute el expertise de los científicos. No obstante, expresa su preocupación porque estas nuevas proyecciones puedan inyectar un superlativo optimismo en las autoridades que integran el Sistema Nacional de Defensa Civil, ocasionando, eventualmente, que se duerman en sus laureles y bajen la guardia en sus labores de prevención, lo que sería irresponsable y nefasto dado el carácter imprevisible de la naturaleza.
Tampoco es mi deseo hacer de pinchaglobos. Qué más quisiera yo que las nuevas estimaciones sean 100% certeras, pero resulta que, en varias de las regiones excluidas del mapa de riesgo ante el FEN costero 2024 —caso Lima, Ica, Moquegua y Tacna—, existen también quebradas que regularmente se activan ante la presencia de lluvias, lo que ocasiona el bloqueo de carreteras, destrucción, aislamientos y costo de vidas.
Rescato que nuestras autoridades nos mantengan periódicamente informados sobre el fenómeno de El Niño, la información es vital, pero no debemos caer en locos entusiasmos ni excesos de confianza; es mejor mantener la alerta, el pendiente ante estos fenómenos climatológicos que ya se tornan en recurrentes. Desde aquí hago la exhortación al Ejecutivo, a los gobernadores regionales y a los alcaldes, a no pestañear en sus responsabilidades en materia de gestión de riesgo por desastres naturales, a mantener actualizados sus protocolos de intervención. Sería temerario no haber aprendido del pasado en cuanto a los estragos de un FEN. La prevención debe darse con sostenibilidad en el tiempo. ¡Guerra avisada no mata gente!
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