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[OPINIÓN] Hugo Palma: Constitución arracimada y con riesgo quirúrgico
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Los “hacezorez” del gobierno creen que deseamos “verlo en acción”. La Fuerza Aérea lleva y trae al Consejo de Ministros y “koncegeroz” portátiles a sesiones itinerantes. En “encuentros con su pueblo”, presidente y viajeros oyen un clamor: “Nueva Constitución”. Afuera, la gente clama por comida, trabajo, salud, educación, seguridad y honestidad.
Se presenta al “Cangrezoo” un proyecto. La “hazamvlea konztitullente” será popular y plurinacional o sea peruana, ecuatoriana y la boliviana. Paritaria en género (comunidad GLBTQ, mala suerte). 40% partidos políticos; 30% independientes; 26% pueblos indígenas; 4% afroperuanos. Faltan porcentajes para los mestizos, nisei, mulatos, criollos, tusán y tantos maravillosos cruces que hacen lo que somos. Si suman 300% o más de miembros, se cambian las matemáticas.
No saben por qué con la Constitución neoliberal de la dictadura, hasta hace poco la economía crecía, la pobreza disminuía, las inversiones llovían, los empleos y salarios mejoraban y el Perú exportaba al mundo cantidad de cosas. Y tampoco por qué crecían la corrupción, el caos administrativo, la conflictividad, la ignorancia, ineptitud y voracidad de políticos y autoridades. En suma, no saben nada.
En países normales, las gentes acordarían examinar los temas e identificar maneras de corregir lo necesario e impulsar lo que funcione bien. Se llama búsqueda del progreso y del bien común. Pero aquí los elegidos para hacer eso decidieron que todo lo hecho antes estaba mal; y advirtieron que cambiarlo incluía su economía personal. Y todo se fue deteriorando más y más.
Hoy, los científicos del pueblo (sí; los mismos que no saben vacunar y las tiran a la basura porque nos sobra la plata) han concluido que el país requiere cirugía radical. Una hazamvlea konztitullente, que “dará a luz” un texto. Con solo firmarse, en el Perú no habrá más pobres y seremos tan felices como los venezolanos desde que Maduro estableció el Ministerio de la Suprema Felicidad Social.
Como no saben distinguir lo que funciona bien y mal, han decidido operar todo. Pero una Constitución no es solo un texto; es un cuerpo legal tan complejo como en lo físico lo es el humano. Tiene una cabeza, órganos y miembros. Y entre ellos debe haber cooperación, pero también control. Lo que pretenden, y lo han dicho, tiene una cabeza que decide todo ante sí y para sí, siendo lo demás solo utilitario.
Para caminar un cuerpo requiere dos piernas. Una política y una económica. La primera es un desastre y la segunda produjo extraordinarios resultados, necesitando ahora correcciones y actualización. Pero si la cabeza funciona como la política, cortará la segunda para que estén iguales. Obviamente, no iremos a ningún lado y la inmovilidad acabará por anquilosarnos y matarnos.
Los peruanos somos seres humanos que queremos atender nuestras necesidades con esfuerzo propio y no pedimos limosnas, agua arracimada ni cirugías mortales. Este desgobierno ha demostrado en nueve meses no tener políticas, personas competentes y carecer totalmente de ética y honestidad. Ahora nos pide el poder total. ¿Cree que en el Perú solo hay peseteros y cobardes? Su turno, lector.
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