[Opinión] Jessica Luna: “Avances y retos en conectividad aérea”

Según la International Air Transport Association (IATA), la industria de viajes y turismo aportó US$17,900 millones al Producto Bruto Interno (PBI) del Perú y generó 1 millón de empleos en 2023.

El año pasado hemos visto una recuperación del movimiento de pasajeros aéreos, pero aún nos encontramos por debajo de los niveles prepandemia, sobre todo en cuanto a pasajeros internacionales.

Según Corpac, en 2023, se movilizaron 37 millones de pasajeros por los aeropuertos del Perú, un crecimiento del 14.9% respecto de 2022, pero todavía un 7.1% por debajo de 2019. En vuelos nacionales ya estamos casi en el 100% de recuperación, pero los internacionales fueron un 78% del nivel prepandemia. Por el Aeropuerto Internacional Jorge Chavez (AIJCH) se movilizaron 22.9 millones de pasajeros, de los cuales el 58% fueron nacionales y 42%, internacionales.

A nivel departamental, sin contar Lima, los aeropuertos de Cusco, Arequipa y Piura lideran el ranking de mayor movimiento de pasajeros, con 3 millones, 2 millones y 1.4 millones, respectivamente. El que más creció respecto del año anterior fue Lambayeque (45.8%), que movilizó 878,000 pasajeros, lo cual se explica por el ingreso de nuevas aerolíneas que generaron mayor competencia y potenciaron la conectividad. El que más cayó fue Puno, con un retroceso del 27.7%, debido a las protestas de inicio de año que ocasionaron el cierre del aeropuerto. Perdimos todos, pero, sobre todo, la población puneña.

Los aeropuertos son operados por el gobierno a través de Corpac o por privados mediante contratos de concesión. Esto permite su modernización, mejora la calidad de servicio y atrae más aerolíneas. Gracias a ello, aeropuertos como Tumbes, Tarapoto, Trujillo y Ayacucho multiplicaron por 7.7, 7.5, 7 y 6.8 veces, respectivamente, sus flujos de pasajeros si comparamos el año previo a su concesión con el resultado de 2023. ¡Impresionante!

El impulso de la conectividad aérea debe ser una prioridad. Los desafíos por delante son, entre otros, destrabar el aeropuerto de Chinchero y avanzar en la licitación para su operación; concesionar el tercer grupo de aeropuertos regionales; destrabar las inversiones para la modernización de los aeropuertos concesionados, y asegurar accesos eficientes y seguros a los aeropuertos.