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[Opinión] Joaquín Rey: Revés para los republicanos
El pasado martes se realizaron las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, en las que los norteamericanos se volcaron a las urnas para elegir al total de miembros de la Cámara Baja y a un tercio de los integrantes del Senado. Los resultados de este tipo de comicios son siempre determinantes para la segunda mitad de la administración presidencial en curso, pues el control del Congreso es decisivo para que el Ejecutivo pueda concretar su agenda legislativa y así impulsar sus propuestas de política.
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El pasado martes se realizaron las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, en las que los norteamericanos se volcaron a las urnas para elegir al total de miembros de la Cámara Baja y a un tercio de los integrantes del Senado. Los resultados de este tipo de comicios son siempre determinantes para la segunda mitad de la administración presidencial en curso, pues el control del Congreso es decisivo para que el Ejecutivo pueda concretar su agenda legislativa y así impulsar sus propuestas de política.
Las elecciones de término medio suelen ser también una suerte de referéndum sobre la administración vigente. En este caso, un voto por el Partido Demócrata se interpreta también como un voto de respaldo al presidente Biden. Además, en esta ocasión en particular, los comicios se han planteado desde un inicio como una prueba clave para el expresidente Donald Trump, ya que, al mantenerse hoy como la figura central del Partido Republicano, sus posibilidades de reelección en 2024 dependerían del desempeño de su partido esta semana.
Al momento de escribir estas líneas, aún no hay claridad sobre los resultados finales, puesto que está pendiente la definición en 2 de los 34 sitios disputados en el Senado y 21 de los 435 sitios de la Cámara de Representantes. No obstante, con los datos disponibles se espera que los demócratas mantengan el control del Senado y que los republicanos ganen el control de la Cámara Baja por un margen estrecho.
A primera impresión, este parecería un resultado adverso para los demócratas, ya que solo mantendrían el liderazgo en una de las dos cámaras que controlaban desde 2020. No obstante, si se toman en cuenta los antecedentes, se puede concluir que este es, más bien, un resultado favorable para el partido de Biden y un gran revés para el Partido Republicano.
Hay que anotar que es una constante de la política norteamericana que el partido de gobierno pierda sitios en la Cámara Baja en las elecciones de término medio. De hecho, esto es lo que ha sucedido en 17 de los últimos 19 comicios. No obstante, en esta ocasión los demócratas cederán alrededor de 20 sitios, una cifra pequeña si se consideran elecciones previas. Así, por ejemplo, en 2018 los republicanos perdieron 40 escaños.
En lo que se refiere al Senado, incluso existe la posibilidad de que los demócratas alcancen más escaños de los que controlan actualmente, algo que no ha sucedido desde la presidencia de John F. Kennedy.
Así las cosas, está claro que no se produjo la “ola roja” (en alusión al color que identifica al partido) que los republicanos venían anunciando hace algunas semanas. Este resultado es particularmente duro para Donald Trump, pues prácticamente todos los candidatos al Senado y la Cámara Baja que él apoyó han perdido la elección. Esto, claramente, pone un manto de duda sobre el liderazgo del expresidente y, por tanto, de sus prospectos para el 2024.
¿Qué explica este retroceso para los republicanos? Diversos analistas sostienen que el factor determinante ha sido el excesivo radicalismo de derecha de sus candidatos, muchos de los cuales incluso siguen cuestionando la legitimidad de la victoria de Joe Biden. Esto fue aprovechado por los demócratas, quienes presentaron este extremismo como una amenaza para la democracia y lo ligaron al infame ataque al Capitolio de enero de 2021.
Todo parece indicar que el Partido Republicano tendrá que promover nuevos liderazgos si quiere revertir su mala racha.
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