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(Opinión) José Luis Gil: Cambios en la correlación de fuerzas
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El martes último, Perú Libre de Vladimir Cerrón sufrió un nuevo revés en sus filas parlamentarias cuando 10 congresistas del llamado “bloque magisterial” (del ala senderista) renunciaron a su bancada. La vocera del grupo disidente, la legisladora Katy Ugarte, precisó: “Tenemos un proyecto político y en función de ello estamos tomando esta decisión”, y manifestó que “ya lo venían analizando desde antes de esta jornada”. Ahora se entiende la estrategia “senderoide”: infiltrarse en el Congreso con otro grupo, formar su partido político de maestros (con Iber Maraví) y luego, cuando se den las condiciones como ahora, separarse del vientre de alquiler que les prestó Cerrón y correr por cuerdas separadas. Bien jugado.
El proceso de fraccionamiento del otrora “poderoso” grupo parlamentario de casi 40 curules de Perú Libre se inició al principio del gobierno de Pedro Castillo, debido a que eran muchas “bocas” que amamantar dando inicio a los pleitos por los puestos ministeriales o de funcionarios, que eran finalmente filtrados por los sobrinos del presidente (que tenían otra agenda) imponiendo familiares, paisanos y noveles amigos de Castillo que han debilitado la confianza interna del bloque parlamentario.
En diciembre de 2021 renunciaron a Perú Libre Guillermo Bermejo (cercano al MRTA, quien promueve movimientos afines como el ML-19, entre otros), Betssy Chávez y Hamlet Echevarría, dizque en protesta por los votos de sus compañeros de bancada para la censura de la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, que fue denegada por 83 votos. Esta disidencia tendría raíz ideológica que se oculta tras las “molestias” por las votaciones adversas. Ambas “pataletas” (las de Bermejo y Tello) serían una estrategia para tomar distancia del “pato rengo” PL de Cerrón y consolidar sus propios movimientos como una “extensión legal” de Sendero Luminoso y el MRTA. Alucinante.
La “bomba” lanzada ayer por Zamir Villaverde sobre el fraude en las elecciones pasadas que perjudicó a Rafael López Aliaga y Keiko Fujimori recién empezará a mostrar sus efectos en las próximas horas. Aunque ya la progresía ha salido a “poner el parche” sobre la supuesta fragilidad de la confesión, lo cierto es que Zamir ha demostrado no tener escrúpulos para aliarse con Pedro Castillo, o para grabar sus fechorías, las presuntas fechorías del JNE y para denunciar todo ahora.
Este último hecho influirá en el cambio de la correlación de fuerzas a favor de la oposición democrática que ha demostrado tener estrategia para frenar la nueva Constitución, cambiar la ley universitaria y la Sunedu (con todos sus cuestionamientos) y nombrar a un Tribunal Constitucional menos ideologizado, en medio del fuego graneado de un oficialismos rabioso e irracional. Solo falta que otros medios de prensa se liberen y que más ciudadanos se adhieran a las marchas para terminar lo más pronto posible con este gobierno deplorable que no debe durar un minuto más en el poder. ¡Sí se puede!
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