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(Opinión) Juan Stoessel: Aeropuerto Jorge Chávez: tras cuernos, palos
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Las cosas no pintan bien para nuestro principal aeropuerto. Además de ser un proyecto parchado –en lugar de un gran terminal, serán dos terminales sin una adecuada interconexión–, hay algo aún más grave. Resulta que nadie en el MTC se ha hecho esta elemental pregunta: ¿cómo accederá la gente al nuevo terminal? Porque al estar ubicado entre las dos pistas de aterrizaje, literalmente no existe vía de ingreso.
Suena a broma, pero es real. Las obras para habilitar ese acceso: el nuevo puente Santa Rosa, con by-pass incluido y una vía rápida Santa Rosa-Costa Verde, están en nada. Cero. No hay ni la primera piedra, ni el primer granito de arena, ni un plano hecho en una servilleta. Hablamos de una obra faraónica que en anteriores gobiernos habría tomado mucho tiempo (el Estado nunca se ha caracterizado por su agilidad). ¿Se imaginan con la actual gestión? Ya vamos un año perdido sin ninguna obra importante. Y con la alucinante incapacidad de este MTC, las posibilidades de que tengamos el terminal, pero nadie pueda usarlo, son altísimas.
Esto por el lado del acceso, pero vayamos al aeropuerto propiamente dicho. Con la nueva torre de control, Corpac tendría que estar contratando gente y capacitándola. ¿O piensan que la torre y segunda pista se operarán solas? Y la cereza del pastel. Ocurre que la actual pista de aterrizaje requiere un mantenimiento exhaustivo –no se arregla desde hace años. Una vez más, en circunstancias normales esto demoraría, pero con la inoperancia de Corpac batiendo todos los récords, nos haremos viejos esperando.
La situación es alarmante. Corremos un serio riesgo de inaugurar el nuevo Jorge Chávez, con nuevo terminal y dos pistas, pero sin forma de acceder al terminal, sin gente para operar la torre y con una pista cerrada indefinidamente por falta de mantenimiento. Francamente, este grado de ineptitud es criminal.
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