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[Opinión] Marco Antonio Merino: “¿Quién se ha llevado mi queso?”
“La incertidumbre paraliza, es mejor quedarme a esperar y ver qué sucede, tal vez las cosas mejoren y el Gobierno haga algo, y esto se reactive”
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En esta época de incertidumbre, todos estamos pensando en qué debemos hacer para llegar a cerrar medianamente un buen año. Y en ese contexto me acordé de un libro pequeño y fácil de leer llamado Quién se ha llevado mi queso, que narra la historia de dos ratoncitos y dos liliputienses. Los ratones se llamaban: Fisgón y Escurridizo y los liliputienses se llamaban Hem y Haw. El relato es corto, pero claro y con muchos aprendizajes que se pueden extrapolar al momento que hoy estamos atravesando.
Anticipémonos a que lo que se viene en materia económica es menos consumo. La gente será más racional en el gasto, preferirá parar su consumo para guardar pan para mayo, pero no este mayo de 2024, sino para cuando las cosas mejoren. Tenemos que saber que el crecimiento del país será en el mejor de los casos 1% y saber cómo llegar a los clientes siendo relevantes para ellos y entendiendo lo que está ocurriendo en su mente y en sus emociones.
Seamos rápidos en el cambio, no le demos tanta vuelta. En esto nos pueden enseñar Fisgón y Escurridizo, de la historia que les mencioné. Se acabó la Central quesera Q, necesitamos salir a buscar nuevas oportunidades pensadas estratégicamente, pero no podemos demorarnos, la acción es hoy, ¿y si nos equivocamos? Es una posibilidad y riesgo que hay que correr, pero peor es quedarnos paralizados.
La incertidumbre paraliza, es mejor quedarme a esperar y ver qué sucede, tal vez las cosas mejoren y el Gobierno haga algo, y esto se reactive. No, esto cambió, necesitamos perder el miedo a lo desconocido o a lo nuevo. Si el Gobierno hace algo que reactive todo, eso no lo controlas. Busquemos nuevas opciones. Hace unos días me llamó un distribuidor de cerveza de Iquitos, un extraordinario empresario, para decirme: “no puedo esperar, tengo que distribuir alimentos, abarrotes y otros artículos, tengo gente y costos que solventar, dame una mano”. Buscamos otros proveedores y en una semana ya está distribuyendo leche y en los próximos días una serie de productos de primera necesidad. La incertidumbre genera miedo y el miedo genera inacción.
Cambiemos con rapidez y disfruta el cambio. El cambio no espera, hagámoslo ya. Si tenemos un área e-commerce a potenciarla y si no la tenemos a crearla. Las grandes superficies y todo lo que sea contacto humano va a disminuir por la compra digital. La gente va a estar más comunicada que nunca.
Ajustarse al cambio no es malo es simplemente interiorizar que nada volverá a ser igual y que tengo que cambiar. Hasta cambiar de rubro o negocio si fuera el caso. Son momentos difíciles, pero también momentos de oportunidades de encontrar una nueva central quesera, mucho más variada y más rica que la que se acabó. Todas las industrias pueden salir adelante, si tenemos creatividad, innovación, resiliencia y sobre todo ganas de reinventarse y cambiar.
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